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Lunin no cierra la puerta
Siempre hay que leer la letra pequeña. Y casi siempre la hay. Incluso en una renovación. Aquello de ‘Lunin 2030′ era un trampantojo. Esa imagen, la del portero sonriente –bueno, a su manera– tras firmar un contrato que le vinculaba al Madrid por un lustro, tiene su cara oculta. Como la luna, como tantos movimientos. Y es que fue más un pacto para evitar una salida a coste cero –algo que contó con el visto bueno del propio Andriy–, que una vinculación tajante. Andriy terminaba contrato en 2025, por lo que el asunto se estaba poniendo al rojo vivo. Y hubo acuerdo. Ambas partes concertaron extenderlo, pero asumiendo que la puerta no quedaría cerrada a cal y canto. No lo está. Y el Madrid, para un futuro, mantiene un as bajo la manga: Kepa.
Su renovación fue más un pacto para evitar una salida gratis, que algo tajante. El club está abierto a escuchar ofertas y él no descarta hacerlo. Bajo la manga, Kepa
Siempre hay que leer la letra pequeña. Y casi siempre la hay. Incluso en una renovación. Aquello de ‘Lunin 2030′ era un trampantojo. Esa imagen, la del portero sonriente –bueno, a su manera– tras firmar un contrato que le vinculaba al Madrid por un lustro, tiene su cara oculta. Como la luna, como tantos movimientos. Y es que fue más un pacto para evitar una salida a coste cero –algo que contó con el visto bueno del propio Andriy–, que una vinculación tajante. Andriy terminaba contrato en 2025, por lo que el asunto se estaba poniendo al rojo vivo. Y hubo acuerdo. Ambas partes concertaron extenderlo, pero asumiendo que la puerta no quedaría cerrada a cal y canto. No lo está. Y el Madrid, para un futuro, mantiene un as bajo la manga: Kepa.
Así están las cosas. Y la gran pregunta es cómo se pondrán más adelante. A día de hoy, Lunin no está buscando una salida. Ni mucho menos. Trabaja a diario, compite en la medida de lo posible con Courtois y está preparado para cuando le toque jugar. Carpe diem. La cuestión es que no descarta escuchar ofertas, salir. No renovó hasta 2030, decidido a quedarse hasta 2030. Ni mucho menos. El verano de 2023 el club estaba decidido a encontrarle un traspaso, pero Courtois se rompió el cruzado. Y el verano pasado, en 2024, llegó a tener un pie en el Chelsea, pero no terminó cuajando. Lunin sabe lo que es recibir ofertas. Y el club sabe que Lunin está abierto a escucharlas. Y pensar.
Renovación a la vista
Así será en un futuro. Porque Andriy entiende que, mientras Courtois continúe en el primer equipo, su situación es demasiado gélida. Parte de su renovación iba enfocada hacia apurar la posibilidad de que Courtois estuviese viviendo sus últimos coletazos en el club. Sin veneno, pero con ambición. Algo normal en el mundo del deporte. La cuestión es que Thibaut enfila una renovación este verano. A sus 32 años –que serán 33 en mayo–, siente que tiene mucho por ofrecer y quiere seguir. Es algo prácticamente decidido. En verano, se sentará con el club y se tomará una decisión. Pero pinta a renovación. La duda, cuántos años. Al ser portero, no está descartado que se le ofrezca más que uno.
Los hombres de Mendes
Así que hay Courtois para rato. Y Lunin lo sabe.Vivir a la sombra del mejor portero del mundo es vivir en una utopía. El propio Real Madrid entiende que, si en algún momento desea salir, sólo puede empatizar. Ahora, no lo regalará. Tampoco es eso. Pero el club está abierto –y Lunin es conocedor, porque así se apalabró– a escuchar propuestas y facilitarle un traspaso, si cuadrase. Conviene recordar que Andriy se puso en manos de Jorge Mendes en abril de 2024, un movimiento que siempre se interpretó como un acercamiento hacia el mercado, hacia posibles ofertas. La relación Mendes-Real Madrid no es… idónea. Por decirlo con tacto.
Plan B: Kepa
El tiempo dirá qué decisión tomó Lunin. De quedarse, jugaría en el Real Madrid diez temporadas (12 con contrato, si se cuentan las dos temporadas que estuvo cedido, en Leganés, Valladolid y Real Oviedo) y estaría en el club hasta superar la treintenta. Pero de salir… el Real Madrid mantiene un as bajo la manga: Kepa Arrizabalaga. Un portero que gustó, una persona que se ganó a todos. Y el que habría llegado el verano pasado, de haberse culminado una salida de Andriy. Sigue siendo el favorito para competir con Courtois. Porque encaja como un guante.
Un portero de altísimo nivel y, sobre todo, con una actitud inmaculada. Y eso es imprescindible. Porque vivir a la sombra de Courtois es delicado, pero Kepa transmitió desde el primer momento que él no tendría problemas en hacerlo. Quería volver al Bernabéu, quería seguir en el Bernabéu. Pero no pudo ser. La cuestión es que esa puerta no está cerrada del todo. En el Madrid sigue gustando mucho, está demostrando su valía en el Bournemouth y sería el deseado. Pero todo depende de Lunin. Y de su futuro. Algo que no está claro. Porque su renovación, esa hasta 2030, tenía letra pequeña. Era más un pacto entre caballeros, que un pacto de sangre. A día de hoy no hay nada, pero puede haberlo. Y por ambas partes. Esta historia, augura mucha historia.
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