
A punto de cumplirse un cuarto de siglo desde que Peter Jackson hizo posible lo que hasta entonces parecía imposible, que era adaptar al cine la obra de fantasía más querida de todos los tiempos, la trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos se ha ganado con creces el ser considerado uno de los proyectos más grandes y ambiciosos que jamás se hayan llevado a cabo en la industria. Antes de que el cineasta neozelandés completase con éxito su misión había habido otros numerosos intentos que siempre habían fracasado, lo que finalmente había hecho que la famosa obra de Tolkien se considerase imposible de filmar.
Para llevar a cabo su visión Peter Jackson tuvo que librar diversas batallas y convencer al estudio de muchas cosas, pero también saber aceptar sus peticiones. Al final, el conjunto de todo acabó haciendo posible el ambicioso proyecto por 281 millones de dólares para las tres películas, un coste que superó con creces el que se había previsto inicialmente.
Como es bien sabido, las tres películas de la trilogía se rodaron seguidas durante 14 meses en Nueva Zelanda y se estrenaron en 2001, 2002 y 2003. Editar todo el material fue una de las partes más trabajosas del proceso y Peter Jackson tuvo que tomar algunas decisiones complejas a la hora de decidir qué se quedaba en la película y qué escenas tendría que eliminar para que tuviesen una duración que no superase mucho las ya de por si largas 3 horas de duración.
No sabemos si la más difícil pero desde luego sí la más polémica la tomaría en la tercera película de la saga, ganadora de 11 Oscars entre ellos el de Mejor película y a menudo señalada como la mejor de todas.
En El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey los espectadores echaron de menos a Saruman (Christopher Lee), cuya muerte sí forma parte de la versión extendida de la película pero no del corte final que se estrenó en las salas de cine. Así, en la versión «oficial» de la película se nota la ausencia del personaje, cuyo destino queda en el aire tras perder la batalla del Abismo de Helm.
El recorte no estuvo exento de polémica y fueron muchos los fans los que se enfadaron con la decisión, llegando incluso a recoger firmas. Sin embargo, como Peter Jackson explicó, fue una de las decisiones que tuvieron que tomar para que la película fuese tan buena como resultó ser y no acabase con la gente deseando abandonar la sala de cine. Según el director, de hecho, ni siquiera estaba previsto que fuera parte de El retorno del rey originalmente, sino de la segunda película, Las dos torres.
«[La secuencia] Nunca estuvo en El Retorno del Rey. La escena nunca estuvo en el guion. Fue una escena que rodamos para Las Dos Torres y cuando editamos la película la probamos, pero nos pareció anticlimática debido a la profundidad del final y a que lo siguiente era querer terminarla lo más rápido posible, porque la gente ya llevaba tres horas allí», explicó en una entrevista con IGN en 2003.
Luego pensé que era posible incluirla al principio de ‘El Retorno del Rey’, así que la dejamos por esa razón. Sentimos que había un potencial para que estuviera al principio de esta película y ha estado en esta película a medida que pasamos por varios cortes a lo largo del año. Tuvimos un corte de 4 horas y 15 minutos de ‘El Retorno del Rey’ con todo lo que filmamos, pero era demasiado largo
«Sentíamos que el impacto emocional de la película se estaba diluyendo, era simplemente demasiado larga», lamentaba Jackson. «Así que comenzamos a recortar la película y la escena de Saruman fue una de las muchas escenas que cortamos. Se ha cortado una hora de la película en la versión cinematográfica para reducir la duración. Para mí, la duración estaba totalmente relacionada con el impacto emocional de los últimos 20-30 minutos y quería que fuera lo más fuerte posible. Cuanto más larga era la película, menos fuerte se volvía porque sentías que habías estado allí durante demasiado tiempo y perdía su impacto».
En aquel momento, Jackson quiso desmentir que existiera ningún mal rollo con Christopher Lee por esta razón: «Todo lo que he leído en internet es completamente erróneo. Leí que se enteró por una página web, lo cual es totalmente falso. Hubo llamadas telefónicas, faxes. Está bien, pero tiene una página web con fans que han iniciado una petición, lo cual no creo que a el le interese necesariamente. No creo que fuera Christopher quien la impulsó ni por un segundo. Creo que fueron solo los fans».
Sin embargo, la realidad es que sí le había molestado un poco. «Nadie podía entenderlo» afirmó el actor en una charla en la Universidad de Dublín. «Todo el mundo que había visto las dos primera películas decía ‘¿Qué pasó con Saruman?’. Compra la versión extendida en DVD». No obstante, el roce pudo arreglarse y Jackson consiguió convencer a Lee para que volviese a interpretar al mago blanco para la trilogía de películas de El Hobbit, quien no dejó pasar la oportunidad de lanzarle una pulla al director cuando Jackson le preguntó si iba a asistir a la premiere de la película: «¿Todavía salgo en la película?».