Mundo Motor
¿Cómo afectarán a la industria española del automóvil los aranceles anunciados por Trump?

Las factorías españolas de automóviles no exportan ya coches a EEUU, aunque los fabricantes de componentes sí pueden verse afectados tanto por las ventas a aquel país como a la UE para vehículos que luego son enviados a Norteamérica. Leer
Desde antes que ganase las elecciones presidenciales en EEUU, se temía que Trump terminaría imponiendo aranceles a las importaciones de coches. Ayer, la amenaza se confirmó con el anuncio de una tasa del 25% a todos los vehículos que son exportados a EEUU.
La medida no debería tener apenas impacto en la industria española de automoción. Al menos en las factorías, ya que desde abril de 2024 no envían automóviles a aquel país, ni tampoco los exportan por piezas a otros países desde donde, ya terminados, se pudiesen mandar a EEUU.
En cuanto a la otra gran pata, la que constituyen los fabricantes de piezas para auto, desde la patronal Sernauto señalan que están pendientes de conocer la letra pequeña de los aranceles, que se aplicarían desde el próximo 3 de abril, ya que «en principio, se refieren a coches terminados. Si también afectasen a las piezas con los que se montan» les impactaría doblemente: tanto en los componentes que se mandan directamente a EEUU, como a los que van a otros países (especialmente la UE, pero también puede ser México) para ensamblar coches que luego terminan en manos de compradores estadounidenses.
En concreto, desde la asociación de fabricantes de vehículos Anfac recuerdan que en 2023 se exportaron a EEUU algo menos de 52.000 coches. La gran mayoría, unidades de la Ford Transit Connect que se ensambló en la planta de Valencia hasta abril de 2024. El resto, eran Mercedes Clase V y Viano que se hacen en Vitoria. Y este último constructor ha renunciado a homologar estos monovolúmenes como taxis en Norteamérica por lo que, si no cambia de opinión, tampoco los seguirá enviando.
Las cifras son, por tanto, ridículas en relación a la producción total de las plantas españolas. El pasado año, construyeron un total 2,37 millones de unidades, de las que casi el 90% se vendieron en el extranjero y de ellas, siete de cada 10, en la UE. Mientras, los datos históricos señalan que la cifra de automóviles exportados a EEUU alcanzaron su máximo en 2014 (52.100 coches), pero luego esa cifra se fue reduciendo paulatinamente los siguientes ejercicios hasta los 24.300 automóviles del año 2019. Pasada la pandemia, la cifra de 2022 fue de 21.300 coches, según Anfac. Es decir, en el mejor de los casos apenas el 2% del volumen total de producción.
Esta situación contrasta con de, especialmente, Alemania, que produce más de la mitad de los coches que la UE exporta a EEUU. En 2022, último año con datos oficiales, los fabricantes de automóviles europeos vendieron casi 740.000 vehículos en EEUU, por un importe de 37.400 millones de euros. Unos datos que colocan a ese país como el segundo mercado extranjero para los coches made in Europe, solo por detrás de Reino Unido. Y que suponen, en términos de valor, más de la quinta parte de los ingresos que obtiene la UE con la exportación de automóviles. Mientras, el Viejo Continente sólo compró 271.476 fabricados en EE.UU (valorados en 8.700 millones) en el mismo periodo, según un informe de la patronal de fabricantes europeos Acea.
Precisamente esta asociación ha recordado a Trump que «los fabricantes de automóviles europeos llevan décadas invirtiendo en aquel país, creando empleo, impulsando el crecimiento económico en las comunidades locales y generando cuantiosos ingresos fiscales». «Instamos al presidente Trump a que considere el impacto negativo de los aranceles tanto en los fabricantes de automóviles globales, como en la propia industria nacional estadounidense» ha dicho Sigrid de Vries, directora general de Acea.
«Afectarán a las importaciones a EEUU, una penalización que probablemente pagarán los consumidores locales, pero las medidas sobre las piezas de automóviles también perjudicarán a los fabricantes que hacen coches en el país para la exportación» ha añadido. Según Acea, las marcas europeas con factorías locales mandan al exterior entre el 50% y el 60 % de esa producción, «lo que supone una importante contribución positiva a la balanza comercial estadounidense».