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Mundo Motor

Auto nuevo: ¿Comprar o hacer leasing? Ventajas y desventajas

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Cuando llega el momento de estrenar auto en Estados Unidos, muchísima gente se encuentra ante una decisión que va más allá de elegir marca y modelo: ¿es mejor comprarlo o decantarse por un arrendamiento, el famoso ‘lease’? 

Ambas opciones tienen su legión de defensores y detractores, y la verdad es que no hay una respuesta única que funcione para todos. Por eso, vale la pena hablar un poco sobre lo que implica cada camino, con sus luces y sus sombras.

Comprar el auto

Vamos primero con la opción que parece más tradicional: comprar. Cuando se compra un auto, ya sea pagándolo de golpe (algo poco común, seamos sinceros) o financiándolo a través de un préstamo, el objetivo final es que el vehículo sea de la propiedad. 

¿Qué tiene de bueno?

Construir patrimonio (Equity): Cada pago que se realiza va construyendo un valor sobre el auto. Una vez que se termina de pagar, ese vehículo representa un activo, algo que se puede vender o usar como parte de pago para uno nuevo. Es tuyo, punto.

Libertad sin límites (de kilometraje): ¿Planea viajes largos por carretera? ¿Tiene un trayecto diario considerable? Al ser dueño, no hay que preocuparse por cuántas millas se conducen. El auto es tuyo para usarlo tanto como se necesite o quiera, sin penalizaciones.

Personalización: ¿Se quiere ponerle llantas nuevas, un sistema de sonido espectacular o incluso pintarlo de un color llamativo? Adelante. Al ser propio, se puede modificar como se desee, algo que usualmente está muy restringido en un ‘lease’.

Potencialmente más económico a largo plazo: Si se planea conservar el auto durante muchos años, una vez que se termine de pagarlo, solo hay que preocuparse por los gastos de mantenimiento, seguro y gasolina. Esto puede resultar significativamente más barato con el tiempo comparado con seguir pagando cuotas de arrendamiento indefinidamente.

¿Y los inconvenientes?

Pagos mensuales más elevados: Generalmente, financiar la compra de un auto implica cuotas mensuales más altas que las de un arrendamiento, puesto que estás pagando el valor total del vehículo más los intereses.

Mayor desembolso inicial: Aunque existen opciones de financiamiento con poco o ningún pago inicial, a menudo se requiere una entrada más sustancial para conseguir mejores condiciones o simplemente para poder acceder al préstamo.

Depreciación: Los auto nuevos pierden valor rápidamente, especialmente durante los primeros años. Aunque es tu activo, ese activo va valiendo menos con el tiempo, un factor a considerar si piensas venderlo relativamente pronto.

Responsabilidad total del mantenimiento (post-garantía): Mientras dure la garantía, muchas reparaciones estarán cubiertas. Pero una vez que expira, cualquier avería, incluso las costosas, corren completamente por cuenta propia.

¿Polestar La verdad sobre si vale la pena comprar estos autos eléctricos

El camino del uso flexible: Arrendar (Leasing)

Ahora miremos la otra cara de la moneda: el arrendamiento o “lease”. Aquí, en esencia, se está pagando por usar el auto durante un período determinado (usualmente 2-4 años) y bajo ciertas condiciones, principalmente un límite de kilometraje o millaje anual. Al final del contrato, simplemente se devuelve el coche al concesionario (o a veces tienes la opción de comprarlo).

¿Por qué atrae a tantos?

Pagos mensuales más bajos: Como solo se paga por la depreciación estimada del auto durante el tiempo que se usa (y no por su valor total), las cuotas mensuales suelen ser considerablemente más bajas que las de una compra financiada para el mismo vehículo.

Estrenar auto más a menudo: Para quienes disfrutan conduciendo siempre un modelo nuevo con la última tecnología y diseño, el “lease” es ideal. Cada pocos años, se puede cambiar de auto fácilmente.

Menos preocupaciones por reparaciones: Durante el plazo del arrendamiento, el auto casi siempre estará cubierto por la garantía del fabricante. Esto significa que las reparaciones importantes (y costosas) no suelen ser un problema para tu bolsillo.

Menor (o nulo) desembolso inicial: Frecuentemente, los contratos de “lease” requieren un pago inicial mucho menor que una compra, e incluso existen ofertas de cero entrada.

¿Cuáles son las contras del leasing?

Nunca se es el dueño: Al final del contrato, no se tiene nada tangible que mostrar por los pagos, a menos que se decidas comprar el auto (a menudo a un precio preestablecido que podría no ser el mejor del mercado).

Restricciones de kilometraje: Los contratos de “lease” establecen un límite anual de millas (por ejemplo, 10,000, 12,000 o 15,000 millas). Superar ese límite implica penalizaciones económicas por cada milla extra, que pueden sumar una cantidad importante al final.

Cargos por desgaste excesivo: Al devolver el auto, será inspeccionado. Cualquier daño que vaya más allá del “desgaste normal” (como abolladuras grandes, tapicería rota, llantas muy gastadas) te será facturado.

Menos flexibilidad: Salir de un contrato de “lease” antes de tiempo suele ser complicado y costoso.

Los autos más confiables o menos problemáticos que se pueden comprar

¿Para quién es cada opción?

Visto lo visto, parece que la decisión depende muchísimo del estilo de vida y las prioridades de cada persona.

Comprar podría ser la ruta ideal si:

Conduce muchas millas al año. 

Le gusta conservar sus coches durante bastante tiempo (5 años o más). 

Valora la idea de ser dueño y tener un activo.

Quiere personalizar su vehículo.

Prefiere no preocuparse por pequeñas abolladuras o rasguños.

Leasing podría encajar mejor

Prefiere pagos mensuales más bajos.

Conducir un auto nuevo cada 2 o 3 años.

No conducir una cantidad excesiva de millas anualmente.

Evitar las preocupaciones de las reparaciones fuera de garantía.

No le interesa la idea de vender un auto usado.

 

Cuando llega el momento de estrenar auto en Estados Unidos, muchísima gente se encuentra ante una decisión que va más allá de elegir marca y modelo: ¿es mejor comprarlo o decantarse por un arrendamiento, el famoso ‘lease’? 

Ambas opciones tienen su legión de defensores y detractores, y la verdad es que no hay una respuesta única que funcione para todos. Por eso, vale la pena hablar un poco sobre lo que implica cada camino, con sus luces y sus sombras.

Vamos primero con la opción que parece más tradicional: comprar. Cuando se compra un auto, ya sea pagándolo de golpe (algo poco común, seamos sinceros) o financiándolo a través de un préstamo, el objetivo final es que el vehículo sea de la propiedad. 

¿Qué tiene de bueno?

Construir patrimonio (Equity): Cada pago que se realiza va construyendo un valor sobre el auto. Una vez que se termina de pagar, ese vehículo representa un activo, algo que se puede vender o usar como parte de pago para uno nuevo. Es tuyo, punto.

Libertad sin límites (de kilometraje): ¿Planea viajes largos por carretera? ¿Tiene un trayecto diario considerable? Al ser dueño, no hay que preocuparse por cuántas millas se conducen. El auto es tuyo para usarlo tanto como se necesite o quiera, sin penalizaciones.

Personalización: ¿Se quiere ponerle llantas nuevas, un sistema de sonido espectacular o incluso pintarlo de un color llamativo? Adelante. Al ser propio, se puede modificar como se desee, algo que usualmente está muy restringido en un ‘lease’.

Potencialmente más económico a largo plazo: Si se planea conservar el auto durante muchos años, una vez que se termine de pagarlo, solo hay que preocuparse por los gastos de mantenimiento, seguro y gasolina. Esto puede resultar significativamente más barato con el tiempo comparado con seguir pagando cuotas de arrendamiento indefinidamente.

¿Y los inconvenientes?

Pagos mensuales más elevados: Generalmente, financiar la compra de un auto implica cuotas mensuales más altas que las de un arrendamiento, puesto que estás pagando el valor total del vehículo más los intereses.

Mayor desembolso inicial: Aunque existen opciones de financiamiento con poco o ningún pago inicial, a menudo se requiere una entrada más sustancial para conseguir mejores condiciones o simplemente para poder acceder al préstamo.

Depreciación: Los auto nuevos pierden valor rápidamente, especialmente durante los primeros años. Aunque es tu activo, ese activo va valiendo menos con el tiempo, un factor a considerar si piensas venderlo relativamente pronto.

Responsabilidad total del mantenimiento (post-garantía): Mientras dure la garantía, muchas reparaciones estarán cubiertas. Pero una vez que expira, cualquier avería, incluso las costosas, corren completamente por cuenta propia.

¿Polestar La verdad sobre si vale la pena comprar estos autos eléctricos

Ahora miremos la otra cara de la moneda: el arrendamiento o “lease”. Aquí, en esencia, se está pagando por usar el auto durante un período determinado (usualmente 2-4 años) y bajo ciertas condiciones, principalmente un límite de kilometraje o millaje anual. Al final del contrato, simplemente se devuelve el coche al concesionario (o a veces tienes la opción de comprarlo).

¿Por qué atrae a tantos?

Pagos mensuales más bajos: Como solo se paga por la depreciación estimada del auto durante el tiempo que se usa (y no por su valor total), las cuotas mensuales suelen ser considerablemente más bajas que las de una compra financiada para el mismo vehículo.

Estrenar auto más a menudo: Para quienes disfrutan conduciendo siempre un modelo nuevo con la última tecnología y diseño, el “lease” es ideal. Cada pocos años, se puede cambiar de auto fácilmente.

Menos preocupaciones por reparaciones: Durante el plazo del arrendamiento, el auto casi siempre estará cubierto por la garantía del fabricante. Esto significa que las reparaciones importantes (y costosas) no suelen ser un problema para tu bolsillo.

Menor (o nulo) desembolso inicial: Frecuentemente, los contratos de “lease” requieren un pago inicial mucho menor que una compra, e incluso existen ofertas de cero entrada.

¿Cuáles son las contras del leasing?

Nunca se es el dueño: Al final del contrato, no se tiene nada tangible que mostrar por los pagos, a menos que se decidas comprar el auto (a menudo a un precio preestablecido que podría no ser el mejor del mercado).

Restricciones de kilometraje: Los contratos de “lease” establecen un límite anual de millas (por ejemplo, 10,000, 12,000 o 15,000 millas). Superar ese límite implica penalizaciones económicas por cada milla extra, que pueden sumar una cantidad importante al final.

Cargos por desgaste excesivo: Al devolver el auto, será inspeccionado. Cualquier daño que vaya más allá del “desgaste normal” (como abolladuras grandes, tapicería rota, llantas muy gastadas) te será facturado.

Menos flexibilidad: Salir de un contrato de “lease” antes de tiempo suele ser complicado y costoso.

Los autos más confiables o menos problemáticos que se pueden comprar

Visto lo visto, parece que la decisión depende muchísimo del estilo de vida y las prioridades de cada persona.

Comprar podría ser la ruta ideal si:

Conduce muchas millas al año. 

Le gusta conservar sus coches durante bastante tiempo (5 años o más). 

Valora la idea de ser dueño y tener un activo.

Quiere personalizar su vehículo.

Prefiere no preocuparse por pequeñas abolladuras o rasguños.

Leasing podría encajar mejor

Prefiere pagos mensuales más bajos.

Conducir un auto nuevo cada 2 o 3 años.

No conducir una cantidad excesiva de millas anualmente.

Evitar las preocupaciones de las reparaciones fuera de garantía.

No le interesa la idea de vender un auto usado.

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