Baloncesto
Ganar o no ganar en Brooklyn
Jordi Fernández sabía que, en su primer paso como entrenador principal en la NBA, firmaba por unos Nets en transición, un equipo en busca de su siguiente proyecto, todavía no instalado en él. Uno que está todavía saliendo del hundimiento de su último gran intento fallido, el que reunión a Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden. Eso exige tener paciencia, asumir que habrá rachas complicadas y poner el trabajo y la creación de una cultura reconocible por delante de los resultados. La cosa empezó de maravilla (demasiado en cuanto a resultados, para sus propios despachos…), con Jordi Fernández haciendo un trabajo excelente que no pasó desapercibido en el entorno NBA: el equipo llegó a estar 9-10, pero desde cayó hasta un 13-26 después de una racha de ocho derrotas en los últimos nueve partidos. Salieron traspasados Dennis Schröder y Dorian Finney-Smith, aunque finalmente el desmembramiento no fue completo porque no se movieron jugadores por los que parecía que los Nets podían sacar buena tajada porque estaban, en teoría, en la órbita de aspirantes al título: el pívot Nic Claxton y, sobre todo, el alero Cam Johnson. Pero las derrotas siguieron llegando en el ritmo que, en realidad, pretendía la franquicia pensando en el futuro: 23-49 después de 62 partidos, empatado en el quinto peor puesto de toda la liga y con catorce derrotas en dieciséis partidos.
“Tenemos que ser sistemáticos con decisiones que no implican poner el mayor talento en pista”, aseguró el general manager Sean Marks.
Jordi Fernández sabía que, en su primer paso como entrenador principal en la NBA, firmaba por unos Nets en transición, un equipo en busca de su siguiente proyecto, todavía no instalado en él. Uno que está todavía saliendo del hundimiento de su último gran intento fallido, el que reunión a Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden. Eso exige tener paciencia, asumir que habrá rachas complicadas y poner el trabajo y la creación de una cultura reconocible por delante de los resultados. La cosa empezó de maravilla (demasiado en cuanto a resultados, para sus propios despachos…), con Jordi Fernández haciendo un trabajo excelente que no pasó desapercibido en el entorno NBA: el equipo llegó a estar 9-10, pero desde cayó hasta un 13-26 después de una racha de ocho derrotas en los últimos nueve partidos. Salieron traspasados Dennis Schröder y Dorian Finney-Smith, aunque finalmente el desmembramiento no fue completo porque no se movieron jugadores por los que parecía que los Nets podían sacar buena tajada porque estaban, en teoría, en la órbita de aspirantes al título: el pívot Nic Claxton y, sobre todo, el alero Cam Johnson. Pero las derrotas siguieron llegando en el ritmo que, en realidad, pretendía la franquicia pensando en el futuro: 23-49 después de 62 partidos, empatado en el quinto peor puesto de toda la liga y con catorce derrotas en dieciséis partidos.
El objetivo parecía claro: reconstruir pensando, como primer escalón, en el draft 2025, muy prometedor con una generación de mucho talento que lidera la nueva gran joya de la corona, Cooper Flagg. Los Nets operaron en verano para recuperar sus primeras rondas, que estaban en Houston, una prueba de que su objetivo era ser malos ahora pensando en ser buenos después. Y las matemáticas no dejan lugar a la duda, desde un punto de vista pragmático: lo normal es que los Nets acaben con el quinto, sexto o séptimo peor récord. Ya no alcanzarán las derrotas de Wizards, Hornets, Pelicans y Jazz, y están en una disputa en dirección contraria (perder lo más posible), el famoso tanking, con Sixers y Raptors. Si acaban con el quinto peor récord, tendrán un 10,5% de opciones de elegir con el número 1 y más de un 42% de elegir en el top 4, con los picks 6 y 7 como opciones más realistas. Si son sextos por la cola, tendrán un 9% de acceder al 1 y ya menos de un 38% de opciones de ser top 4 con el pick 7 como el más probable. Y si son séptimos (puesto 24) tendrán un 7,5% de número 1, en torno al 32% de top 4 y el pick 8 como el destino con más probabilidades.
Teóricamente, eso era lo que tocaba, y el general manager Sean Marks lo recalcó en charla con el periodista Brian Lewis, del New York Post: “Estamos construyendo algo, y los estamos haciendo pensando en el éxito a largo plazo, sostenible. Es lo que queremos conseguir. Tenemos que ser sistemáticos en nuestra toma de decisiones, y estas pueden no estar destinadas a ganar el siguiente partido que juguemos o a poner el máximo talento posible en la pista. A partir de ahí, la verdad es que tienes que tener suerte, y eso es así. El punto álgido es el draft, pero sabemos que hay que tener suerte. Al final, las pelotas de ping pong (en la lotería del draft) caerán de una manera, la que sea”. Jordi Fernández, por su parte, siempre ha mantenido su discurso, el de un entrenador que controla solo lo que está en su mano, nada más: “Cuando acaba un partido, pensamos en el siguiente rival. Esa es nuestra mentalidad. Seguir mejorando, trabajar con el grupo de jugadores que tenemos. Y eso es lo que quiero ver: competitividad, crecimiento. En eso trabajamos”.
El proceso tenía que ser, además, a medio plazo en el mejor caso: los Nets son el único equipo que tendrá, si no cambian mucho las cosas, espacio máximo en su margen salarial para la próxima temporada. Pero eso no significa que vaya a volverse loco. Todo lo contrario: el periodista Marc Stein ha asegurado que en Brooklyn no piensan en fichar o hacer un traspaso por una estrella el próximo verano. Que manejarán con cuidado ese margen en sus cuentas y que su principal objetivo no es acortar cuanto antes los plazos y ser competitivos ya el próximo curso. No a cualquier precio. Así que toca, en especial a Jordi Fernández, ser pacientes. Muy, muy pacientes.
Pero los Nets 2024-25 son un ejemplo más de que el tanking es cosa de los directivos, no de entrenadores y jugadores. Estos siempre intenta ganar. Y los Nets tuvieron rachas con un volumen alto de victorias, en gran parte gracias al excepcional trabajo de Jordi Fernández. Algunos aficionados de la franquicia se frotan las manos porque tienen a su arquitecto para el futuro... pero lamentaban que, con él a los mandos, el equipo no iba a sumar tantas derrotas tanto como se esperaba y no va a llegar al draft con las opciones previstas. Después de caer hasta un 14-33, los Nets ganaron seis de sus últimos siete partidos y llegaron ya a la veinte victorias (20-34) antes del parón del All Star. A partir de ahí, los números sin han sido mucho peores, en la ruta habitual de un equipo que tiene como único destino el draft.
En esa racha de seis partidos ganados de los últimos siete, los Nets dejaron siempre a sus rivales en menos de 100 puntos. “Nuestra mentalidad es la de ser cada día un 1% mejores. Todo el mundo piensa en principio en salir a jugar y ser mucho mejor, pero no hace falta ser un 5 o un 10% mejor que el día anterior. Si mejoras un 1% cada día, estás construyendo algo consistente. Si das zancadas más largas, a veces te caes después porque no tienes equilibrio. Y los chicos están haciendo un grandísimo trabajo en eso”, aseguraba un Fernández que nunca ha querido ni oír hablar del debate sobre si estaban ganando o no demasiado pensando en el futuro de la franquicia.
Los jugadores sí han respondido a preguntas sobre eso. Cada uno a su manera. Claxon fue más comprensivo con el entorno del equipo: “Esto es parte del negocio. No somos ingenuos. Peo lo que queremos es ganar todos los partidos. Entendemos lo que piensan los aficionados, sabemos por qué quieren que perdamos partidos este año… pero nosotros intentamos ganarlos. Somos competidores, hemos dedicado mucho en nuestras vidas para llegar a donde estamos ahora, así que no nos importan las rondas de draft, nos dan igual”.
Cam Johnson, sin embargo, fue mucho más radical y se ha mostrado molesto por la actitud de los aficionados; Sobre todo la de los que, directamente, animan a los rivales de los Nets en los partidos del equipo en Brooklyn: “Nos da igual lo que digan. Mira, aquí al final estamos 15 tíos con un trabajo que hacer, y no es conseguir una ronda de draft buena. Es ganar partidos de baloncesto. Y para eso nos esforzamos y nos da igual el ruido que se genere a nuestro alrededor. No nos importa, pero si hay aficionados que de verdad quieren que perdamos, no son verdaderos aficionados de los Nets. ¿Quieren que no tengamos éxito, que perdamos? No vamos a hacer eso. Vamos a salir a competir, a ganar todos los partidos, a pelear”.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.