Espectáculo
El viaje de transformación de la salud mental

¡Hola! Bienvenido a este espacio, un rincón para hablar sobre salud mental con honestidad, cercanía y sin rodeos.
Aquí exploraremos cómo nuestras experiencias nos transforman, cómo las emociones que no procesamos se imprimen en el cuerpo y la mente, y cómo podemos aprender a sanar en el camino.
Porque si algo he aprendido en los últimos años es que la salud mental no es un destino al que se llega con un plan trazado, más bien es un trayecto en evolución constante.
A veces, lo recorremos sin darnos cuenta, empujados por la vida misma; en otras ocasiones, elegimos tomar el control y caminarlo conscientemente.
Soy María Linandra, psicóloga clínica, diseñadora de modas y docente. Me especializo en intervención en crisis y traumas, manejo del estrés y la ansiedad.
Tristeza y ansiedad lideran reportes de dominicanos en la línea telefónica “Cuida tu Salud Mental”
A lo largo de mi trayectoria, he descubierto que la psicología y el diseño no son mundos opuestos, sino que se entrelazan en cada aspecto de la vida.
La manera en que nos expresamos, la forma en que construimos nuestra identidad, incluso cómo habitamos nuestro propio cuerpo, están profundamente conectadas con nuestra salud emocional y física.
En mi caso, ambas disciplinas han sido parte esencial de mi propio proceso de autoconocimiento y sanación, y se reflejan en cada área de mi vida.
Durante mi propio trayecto de sanación, entendí que lo que no procesamos, lo que callamos o dejamos en pausa, no desaparece; simplemente se transforma en una carga invisible que nos acompaña, haciendo que avanzar se vuelva más difícil.
Nos pesa en el cuerpo, en los pensamientos que nos repetimos, en los miedos que nos detienen. Aprendí que sanar no significa borrar lo vivido, ni pretender que el dolor nunca existió, sino aprender a resignificarlo.
Cada persona, una historia
A encontrar en cada experiencia, por más dura que sea, una oportunidad para comprendernos mejor, para crecer y para reconstruirnos con mayor fortaleza y autocompasión.
Cada persona lleva consigo una historia, y cada cicatriz, sea visible o no, es testigo de lo que hemos superado. No se trata solo de seguir adelante por inercia, porque sea lo que corresponde, sino de hacerlo con conciencia, con un compromiso genuino hacia nuestro bienestar.
La resiliencia no es simplemente aguantar y recuperarnos, se trata de permitirnos sentir, reconocer nuestras emociones y darnos el permiso de avanzar a nuestro propio ritmo.
En esta columna hablaremos de eso: de las emociones que cargamos, del estrés que nos pesa en el día a día, de los duelos que a veces no sabemos nombrar pero sí sentir, y de las herramientas que podemos construir para vivir con mayor equilibrio.
Espero que este sea un espacio de reflexión, para compartir y para darnos el permiso de sentir sin prisa, sin culpa y sin juicios. Porque al final, la salud mental no es un lujo ni un capricho, sino parte esencial de nuestra vida.
Bienvenidos a este espacio de autoconocimiento y transformación. Dejemos que la mente hable en voz alta.