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Ni de ajo ni de cebolla: la sopa que hacen los andaluces para combatir el frío desde hace más de cuatro siglos

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El frío nos hace consumir, constantemente, elaboraciones calientes y contundentes siendo, los platos de cuchara, la opción más escogida para estas situaciones. En España, tenemos muchísimas alternativas como la fabada asturiana, el cocido en todas sus versiones, las lentejas o la sopa de ajo.

Añadimos a este listado otro plato típico de la zona oriental de Andalucía, sobre todo de Sevilla y parte de Cádiz. Se asemeja bastante a la sopa de ajo, pero no, no es lo mismo. Comenzó a elaborarse en el s. XVI debido a la escasez de comida de aquella época generada por el saqueo de los piratas que se establecían allí. A su vez, no contiene carne, aunque su nombre nos haga pensar lo contrario.

¿Qué sopa elaboran los andaluces para combatir el frío?

Para hablar sobre el origen de la sopa de gato, nos debemos de remontar al s. XVI, a la zona de Cádiz. Según el periodista especializado en gastronomía del s. XIX, Dionisio Pérez, la ciudad andaluza fue víctima de los saqueos de los piratas, provocando falta de comida. Los ciudadanos idearon este plato elaborándolo con tres ingredientes principales: aceite de oliva, ajo y pan.

Con el tiempo, este plato se extendió a diferentes lugares de la península. En Andalucía, se suele tomar en días fríos dado que se suele servir caliente y es espeso. En cuanto a los ingredientes, el listado es similar al de la sopa castellana (también conocida como sopa de ajo), pero, en la de gato, por ejemplo, no lleva pimentón.

Cómo hacer sopa de gato

Esta sopa es muy fácil de hacer en casa, y los ingredientes que se deben usar se pueden encontrar en cualquier supermercado. Si quieres atreverte a elaborarla de manera casera, te dejamos la siguiente receta de la creadora de contenido, Beatriz Cocina, inspirada en la receta tradicional típica de Écija (Almería).

Ingredientes

  • 2 dientes de ajo
  • Media cebolla
  • 1 pimiento verde
  • 2 hojas de laurel
  • Tomate triturado
  • Pimentón dulce
  • 1 litro de caldo de pollo
  • Un pimiento seco de colgar
  • 200 g de espárragos verdes
  • 6 rebanadas de pan tostado asentado de la víspera
  • Sal
  • Pimientas de colores recién molidas
  • Aceite de oliva
  • 1 huevo por ración

Paso a paso para la elaboración de la sopa de ajo

  1. En un perón, añadimos un chorro de aceite de oliva que se extienda por todo el fondo. Añadimos dos dientes de ajo troceados, media cebolla y un pimiento verde, también en trozos, y laurel. Ponemos el fuego bajo la vitrocerámica y echamos una pizca de sal para que suden los ingredientes.
  2. ​A medida que se van pochando los ingredientes, agregamos tres cucharadas soperas de tomate triturado y mezclamos.
  3. ​Añadimos a la mezcla un manojo de espárragos verdes troceados y le damos un par de vueltas para que mezclar todos los ingredientes.
  4. ​A continuación, echamos pimentón dulce, un trozo de pimiento seco y volvemos a darle una vuelta al sofrito porque si no, «amargan», explica la creadora de contenido.
  5. ​Ponemos agua y un litro de caldo de pollo.
  6. ​Después, agregamos a la sopa un par de rebanadas de pan tostado para que «se vayan esponjándose», señala la chef. Este paso es crucial para que el pan se vaya ablandando y podamos realizar de una manera más fácil el siguiente paso.
  7. ​Con la ayuda de la espátula, desmenuzamos el pan y removemos. Dejamos cocer 5 minutos y, mientras, agregamos pimienta negra.
  8. ​Como toque final, añadimos huevos escalfados por persona.

Propiedades del pan

El pan es uno de los ingredientes principales de la sopa de gato. Desde hace siglos, se ha convertido en un básico de nuestras cocinas, y es sido un producto ideal para hacer una gran variedad de recetas, desde tostadas hasta guisos calientes.

En cuanto a sus propiedades, el pan es un alimento que encaja en cualquier dieta. Según un informe de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, «por su particular composición, cubre una parte destacable de las necesidades diarias de energía y nutrientes del organismo«. No obstante, su consumo debe ser moderado y siempre es recomendable consultar con un especialista para que nos guíe sobre cómo, cuánto y cuándo comerlo, así como qué variedad es más apropiada para nosotros.

Contiene hidratos de carbono, que nos aportarán la energía suficiente para cualquier día. También es rico en vitaminas como el hierro, el magnesio, el potasio o la vitamina B2.

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, por cada 100 g de porción comestible, el pan blanco puede contener:

  • Energía: 277 kcal
  • ​Proteínas: 7,8 g
  • ​Lípidos totales: 1 g
  • ​Hidratos de carbono: 58 g
  • ​Fibra: 2,2 g
  • ​Agua: 31 g

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​Se trata de una sopa que nació en el s. XVI, no tiene carne como ingrediente principal y es ideal para aguantar cualquier jornada de frío.  Recetas 

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