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El síndrome de Don Quijote: el curioso fenómeno detrás de los vendehúmos

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Don Quijote es el mejor libro de la historia de la humanidad y tenemos la dicha de poder leerlo en su lengua original. Me encanta Don Quijote y lo releo a menudo. No es una obsesión queridos lectores, es un amor leal y un deseo de sumergirme en sus enseñanzas para aprender la sabiduría que desprende nuestro loco protagonista.Hace años tuve la inmensa suerte de visitar las tierras del Quijote de mano de Angelines, una manchega encantadora, así como de su maravillosa familia. De la Mancha vine con muchos recuerdos bonitos y con un quijote de cobre que tiene un lugar preferente en mi ‘hall of fame’.El famoso hidalgo, adoptando términos más del gremio, sufrió un brote psicótico a partir de una lectura obsesiva. Tanto se obsesionó con el género «caballeril» que se desconectó de la realidad para crearse una realidad en la que pudiera encajar.La inteligencia , capacidad de observación , conocimiento de la condición humana y arte con la pluma de Cervantes no conocía parangón y es de precepto y justicia este pequeño homenaje. En una lluviosa mañana del mes de marzo, me permito tomarme una licencia con permiso del genio Cervantes para hacer uso de su sabiduría y bautizar con el síndrome de Don Quijote un fenómeno que pasa con mucha frecuencia.Existe un tipo de persona que se obsesiona fácilmente con una temática y que consume de manera prácticamente delirante, todo tipo de contenido relacionado con esa temática. Después de ver vídeos de Youtube, leer libros, artículos y demás acaban convirtiéndose en -aparentes- «expertos» en la materia.Algunos empiezan a ofrecer sus servicios , otros no, pero, en cualquier caso, de manera obsesiva, su mundo ha pasado a cerrarse por completo para focalizarse en su materia de estudio.Armados con la lanza de internet y el escudo de las redes sociales , se lanzan a un mundo de distopías pseudocientíficas arguyendo su pseudoconocimiento en forma de consejos reveladores y profesando un seguimiento ciego y sectario hacia esos gurús más preocupados de su éxito y reconocimiento que de la veracidad de sus proclamas.Esos Don Quijotes modernos no atacan molinos, pero comparten ese talante obsesivo que nace a partir de una inmersión en una determinada materia. Pero ¿Dónde está el problema? En que no siempre construyen su conocimiento sobre una base sólida.Algunas personas son buenas comunicando y son capaces de lanzar su mensaje a los cuatro vientos a pesar de que ese mensaje no sea ajustado. Una vez lanzado, una legión de personas que quieren aprovechar el tirón se hacen eco de ese mensaje y lo viralizan y claro, justo en ese momento aparecen los Don Quijotes sumándose a la causa pensando que la dopamina te convierte en un adicto, buscando comida baja en cortisol , creyendo que sufren extraños síndromes digestivos, asumiendo que tienen dos cerebros o tratando de sanar todos los ancestros de una dinastía para poder vivir el presente plenamente.Don Quijote asumió por bueno lo que leía, se identificó con ello y lo defendió a capa y espada y algo así le sigue pasando a muchas personas en una era en la que lo importante no es si es cierto o no sino el interés que despierta y los clics que da.Inundados de información impactante, tenemos Don Quijotes por doquier. Jamás olvidaré el letrero que te da la bienvenida a Argamasilla: «El lugar de la Mancha». Ahora, ese lugar es internet. En una web de internet, cuyo nombre no quiero acordarme, vi que…»Seguramente conoces a alguna persona con el síndrome del Quijote que ha reorganizado toda su vida a partir de los consejos del último iluminado con su propuesta milagrosa y millonaria -para él claro-.Tu bienestar es importante, el bienestar emocional depende de lo que hacemos y dejamos de hacer y puestos a confiar en alguien confía en personas que sepan de lo que hablan, que tengan una sólida base de conocimientos válidos y fiables y que les motive un deseo real de ayudarte a vivir mejor.Los molinos de viento de Campo de Criptana a los que se enfrentó Don Quijote hoy son enfermedades o inquietudes que queremos sanar a base de consejos virales carentes de base científica que no inciden para nada en ese problema que tanto nos duele y preocupa.Es fácil caer en la obsesión cuando quieres dejar de sufrir, apagar ese dolor o dar una vida mejor a las personas que amas, pero como en el caso de Don Quijote, no es oro todo lo que reluce, el que cae hoy mañana puede levantarse y siempre deja la ventura una puerta abierta en las desdichas, para dar remedio a ellas.Por cierto, no dejes de visitar el Toboso , si decides disfrutar de esas bonitas tierras que recorrió nuestro Ingenioso Hidalgo. Si viajas a la Mancha, disfrutarás de un viaje que además de inspirador, será sanador.Noticias relacionadas estandar No Miedo a ser uno mismo: «Nunca ha sido tan fácil como hoy parecer sin ser» Tomás Navarro estandar No ¿Exceso de autocontrol o ir por la vida sin filtro? Las consecuencias psicológicas de ambos extremos Tomás NavarroPuedes descubrir otros consejos de Tomás Navarro ( @tomasnavarropsi en instagram) para poner límites a aquellas personas que nos hacen daño en su obra ‘La senda Kaizen’ (Neko Books/Planeta) donde aporta una guía para lograr grandes cambios con pequeños pasos. O puedes disfrutar también de la obra en la que ayuda a los más pequeños a gestionar las emociones con el libro ‘Rita y el caparazón de oro’, que ha escrito junto a su pareja, Nuria Pablos ( @nuriapablos ). Y además, puedes leer aquí otros artículos de Tomás Navarro en ABC Bienestar .

​Don Quijote es el mejor libro de la historia de la humanidad y tenemos la dicha de poder leerlo en su lengua original. Me encanta Don Quijote y lo releo a menudo. No es una obsesión queridos lectores, es un amor leal y un deseo de sumergirme en sus enseñanzas para aprender la sabiduría que desprende nuestro loco protagonista.Hace años tuve la inmensa suerte de visitar las tierras del Quijote de mano de Angelines, una manchega encantadora, así como de su maravillosa familia. De la Mancha vine con muchos recuerdos bonitos y con un quijote de cobre que tiene un lugar preferente en mi ‘hall of fame’.El famoso hidalgo, adoptando términos más del gremio, sufrió un brote psicótico a partir de una lectura obsesiva. Tanto se obsesionó con el género «caballeril» que se desconectó de la realidad para crearse una realidad en la que pudiera encajar.La inteligencia , capacidad de observación , conocimiento de la condición humana y arte con la pluma de Cervantes no conocía parangón y es de precepto y justicia este pequeño homenaje. En una lluviosa mañana del mes de marzo, me permito tomarme una licencia con permiso del genio Cervantes para hacer uso de su sabiduría y bautizar con el síndrome de Don Quijote un fenómeno que pasa con mucha frecuencia.Existe un tipo de persona que se obsesiona fácilmente con una temática y que consume de manera prácticamente delirante, todo tipo de contenido relacionado con esa temática. Después de ver vídeos de Youtube, leer libros, artículos y demás acaban convirtiéndose en -aparentes- «expertos» en la materia.Algunos empiezan a ofrecer sus servicios , otros no, pero, en cualquier caso, de manera obsesiva, su mundo ha pasado a cerrarse por completo para focalizarse en su materia de estudio.Armados con la lanza de internet y el escudo de las redes sociales , se lanzan a un mundo de distopías pseudocientíficas arguyendo su pseudoconocimiento en forma de consejos reveladores y profesando un seguimiento ciego y sectario hacia esos gurús más preocupados de su éxito y reconocimiento que de la veracidad de sus proclamas.Esos Don Quijotes modernos no atacan molinos, pero comparten ese talante obsesivo que nace a partir de una inmersión en una determinada materia. Pero ¿Dónde está el problema? En que no siempre construyen su conocimiento sobre una base sólida.Algunas personas son buenas comunicando y son capaces de lanzar su mensaje a los cuatro vientos a pesar de que ese mensaje no sea ajustado. Una vez lanzado, una legión de personas que quieren aprovechar el tirón se hacen eco de ese mensaje y lo viralizan y claro, justo en ese momento aparecen los Don Quijotes sumándose a la causa pensando que la dopamina te convierte en un adicto, buscando comida baja en cortisol , creyendo que sufren extraños síndromes digestivos, asumiendo que tienen dos cerebros o tratando de sanar todos los ancestros de una dinastía para poder vivir el presente plenamente.Don Quijote asumió por bueno lo que leía, se identificó con ello y lo defendió a capa y espada y algo así le sigue pasando a muchas personas en una era en la que lo importante no es si es cierto o no sino el interés que despierta y los clics que da.Inundados de información impactante, tenemos Don Quijotes por doquier. Jamás olvidaré el letrero que te da la bienvenida a Argamasilla: «El lugar de la Mancha». Ahora, ese lugar es internet. En una web de internet, cuyo nombre no quiero acordarme, vi que…»Seguramente conoces a alguna persona con el síndrome del Quijote que ha reorganizado toda su vida a partir de los consejos del último iluminado con su propuesta milagrosa y millonaria -para él claro-.Tu bienestar es importante, el bienestar emocional depende de lo que hacemos y dejamos de hacer y puestos a confiar en alguien confía en personas que sepan de lo que hablan, que tengan una sólida base de conocimientos válidos y fiables y que les motive un deseo real de ayudarte a vivir mejor.Los molinos de viento de Campo de Criptana a los que se enfrentó Don Quijote hoy son enfermedades o inquietudes que queremos sanar a base de consejos virales carentes de base científica que no inciden para nada en ese problema que tanto nos duele y preocupa.Es fácil caer en la obsesión cuando quieres dejar de sufrir, apagar ese dolor o dar una vida mejor a las personas que amas, pero como en el caso de Don Quijote, no es oro todo lo que reluce, el que cae hoy mañana puede levantarse y siempre deja la ventura una puerta abierta en las desdichas, para dar remedio a ellas.Por cierto, no dejes de visitar el Toboso , si decides disfrutar de esas bonitas tierras que recorrió nuestro Ingenioso Hidalgo. Si viajas a la Mancha, disfrutarás de un viaje que además de inspirador, será sanador.Noticias relacionadas estandar No Miedo a ser uno mismo: «Nunca ha sido tan fácil como hoy parecer sin ser» Tomás Navarro estandar No ¿Exceso de autocontrol o ir por la vida sin filtro? Las consecuencias psicológicas de ambos extremos Tomás NavarroPuedes descubrir otros consejos de Tomás Navarro ( @tomasnavarropsi en instagram) para poner límites a aquellas personas que nos hacen daño en su obra ‘La senda Kaizen’ (Neko Books/Planeta) donde aporta una guía para lograr grandes cambios con pequeños pasos. O puedes disfrutar también de la obra en la que ayuda a los más pequeños a gestionar las emociones con el libro ‘Rita y el caparazón de oro’, que ha escrito junto a su pareja, Nuria Pablos ( @nuriapablos ). Y además, puedes leer aquí otros artículos de Tomás Navarro en ABC Bienestar .   

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