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Nuevo giro judicial en el robo de un inodoro de oro llamado ‘América’

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Una madrugada de septiembre de 2019, perpetraron un audaz robo en el palacio de Blenheim en el que se llevaron un inodoro de oro, una obra de arte valorada en millones de dólares, que fue arrancado de sus anclajes en una operación relámpago.

Nuevo giro judicial en el robo de un inodoro de oro llamado 'América'Nuevo giro judicial en el robo de un inodoro de oro llamado 'América'

Esta semana, el Tribunal de la Corona de Oxford dictó sentencia en un caso digno de Hollywood: el robo del inodoro de oro ‘América’, una obra de arte valorada en más de seis millones de dólares, sustraída en 2019 del palacio de Blenheim, la misma mansión donde nació Winston Churchill, informa AP.

Tras el juicio, un jurado declaró culpable de robo a Michael Jones, de 39 años, quien había visitado el palacio un día antes del robo para inspeccionar la obra e incluso usó el inodoro, describiendo la experiencia como «espléndida». A pesar de negar su participación, las pruebas presentadas en su contra, incluyendo fotografías y datos de teléfono, lo vincularon directamente con este delito.

Jones no actuó solo. Fred Doe, de 36 años (alias ‘Frederick Sines’), fue condenado por conspiración para vender el valioso botín. Su contacto y el cerebro del atraco, James Sheen, de 40 años, ya había confesado ser culpable del robo, conspiración y lavado de dinero. En cambio, el joyero Bora Guccuk, de 41 años, quedó absuelto de los cargos.

¿Cómo se roba un inodoro de una mansión histórica?

La madrugada del 14 de septiembre de 2019, un grupo de al menos tres ladrones, armados con mazos y palancas, irrumpió en el palacio de Blenheim. En menos de cinco minutos, rompieron una ventana, arrancaron el inodoro de sus anclajes y provocaron una inundación antes de huir a toda velocidad. Las cámaras de seguridad registraron sus movimientos mientras cargaban el objeto en un vehículo.

La obra, creada por Maurizio Cattelan como una mordaz sátira de la riqueza, una vez fue la estrella del Museo Guggenheim de Nueva York. Tras desaparecer sin dejar rastro, la Fiscalía teme que se haya perdido para siempre, fundida y vendida como metal. 

  

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