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Gasto militar: La manzana de discordia que agranda las grietas en el Gobierno español
La amenaza del presidente de EE.UU., Donald Trump, de retirar el escudo militar que su país proporciona a Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial ha propiciado la apertura de nuevas grietas en el seno del Gobierno de coalición en España, compuesto por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por el presidente Pedro Sánchez, y Sumar, liderado por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La semana pasada Sánchez mantuvo una ronda de conversaciones con los líderes de todos los partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados, salvo la extrema derecha de Vox, en busca de una estrategia compartida sobre el aumento del presupuesto de Defensa que busca la Unión Europea (UE).
La cuestión está sirviendo como combustible para la contienda política nacional, con el opositor Partido Popular (PP) inmerso en intereses partidistas que le impiden por el momento aunar fuerzas con el Gobierno aunque compartan un análisis muy similar de la situación; mientras que hay otras fuerzas, como Podemos, que se oponen inflexiblemente al rearme instado por Bruselas.
España comprometida con llegar al 2 % del PIB
Sánchez ha repetido en varias ocasiones que su Gobierno se compromete a elevar su gasto en Defensa hasta el 2 % del PIB. «Habrá quien considere que si se ponen recursos en la seguridad y la defensa se sacarán de otras partidas (…) No vamos a recortar ni un céntimo de euro en política social para hacer frente a nuestro compromiso con Europa», dijo el pasado jueves. Sin embargo, todavía no se sabe cómo, ni en qué plazos, ni con qué instrumentos.
La líder de Podemos, Ione Belarra, que ya ha calificado esas intenciones de «error catastrófico», se ha mostrado hasta ahora como la más firme opositora y precisamente lleva días haciendo hincapié en que eso es lo que sucederá, que un aumento en la partida militar solo puede producirse a costa de hacer recortes sociales ahora o en el futuro.
Desde la oposición se sostiene que un gasto de tal envergadura no puede hacerse sin contar con el visto bueno del Congreso, donde a Sánchez le costaría conseguir la mayoría si no logra el respaldo del PP. Sin embargo, Sánchez podría esquivar al Parlamento con instrumentos como la utilización del fondo de contingencia o la aprobación de créditos extraordinarios.
Un 75 % de aumento en cuatro años
Lo cierto es que España ha incrementado esta partida en 8.483 millones de euros en cuatro años (un 75,5%). Según los datos de la OTAN, en 2020 se alcanzaron los 11.240 millones de euros, mientras que se pasó de 12.546 millones en 2021 a 15.610 millones en 2022, todo ello con el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos (la coalición de Podemos e Izquierda Unida).
La cifra en 2023, tras las elecciones de ese verano y el acuerdo de Gobierno con Sumar, se quedó en 17.451 millones, mientras que en 2024 el monto total llegó hasta los 19.723 millones de euros.
Sin embargo, algunos cálculos apuntan a que el gasto real en defensa es mucho más elevado. Así, por ejemplo desde el Centre Delás (Centro de Estudios para la Paz) se sostiene que al gasto contemplado por la OTAN habría que sumarle otras partidas relacionadas, como los costes de personal paramilitar de la Guardia Civil, los créditos en I+D militar que surgen desde el Ministerio de Industria, las misiones militares en el exterior y algunos créditos extraordinarios que se producen durante el año, así como los intereses de la deuda correspondientes al total del gasto militar. Agregadas esas partidas, el presupuesto final de 2023 fue de 28.394 millones de euros, es decir, el 1,9 % PIB, rozando ya el 2 % comprometido.
Falta de criterio común entre los socios
En este contexto parece claro que el presidente intentará evitar llevar al Congreso ninguna medida que no sea estrictamente necesaria, a fin de evitar evidenciar la fragilidad de su mayoría parlamentaria o de tener que pasar por el aro de necesitar el apoyo de la derecha para sacarla adelante.
El socio de Gobierno de los socialistas, Sumar, no ve con buenos ojos la elevación de la inversión en Defensa, a pesar de que admite que el escenario de las relaciones internacionales ha cambiado radicalmente tras el nuevo desembarco de Trump en la Casa Blanca.
La semana pasada se reunieron representantes de los partidos que forman parte del grupo parlamentario Sumar, como Izquierda Unida (IU), los Comunes, Más Madrid, Compromís y Movimiento Sumar. En ese marco la conclusión fue el rechazo al aumento del gasto militar.
Sin embargo, sí son partidarios de articular una política europea de defensa, que sea autónoma y deje atrás la dependencia de la OTAN y de EE.UU. «Es necesario avanzar hacia un modelo de defensa y de seguridad europeo autónomo, defensivo y disuasorio, que apueste por el multilateralismo y la defensa de la paz y la seguridad en el marco de Naciones Unidas», señaló Díaz en declaraciones recogidas por ElDiario.es.
A pesar de esta postura pública de Sumar, en los Consejos de Ministros del 25 de febrero y del 4 de marzo, en los que participan los cinco ministros de Sumar y cuyas decisiones son colegiadas, el Gobierno aumentó el gasto militar en 911 millones de euros: más del 50 % aplicando el Fondo de Contingencia y el resto mediante una transferencia de crédito. En ninguno de los dos casos será necesario que pase por el Congreso. En total, en este 2025 el gasto militar extraordinario aprobado en Consejos de Ministros suma ya 1.193 millones de euros.
La mayoría de los socios parlamentarios del PSOE apuestan por no gastar más, sino hacerlo mejor, en línea con la postura que ha evidenciado uno de los apoyos del Gobierno, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Su portavoz, Gabriel Rufián, se mostró comprensivo en declaraciones en los pasillos del Congreso: «Tenemos claro que la guerra está aquí y que el mundo no es como nos gusta que sea, sino como es». Eso conlleva, admitió, «que tenemos que ser responsables e ir más allá de la pancarta». «En el ‘no a la guerra’ todos estamos de acuerdo, pero el mundo es complejo», resumió.
Así las cosas, el Partido Popular se atisba de reojo como la posibilidad de sacar adelante posibles votaciones en el Hemiciclo sobre este asunto, apelando a su estatus de partido de Estado, aunque por el momento es reacio a mostrar ningún apoyo público.
El único partido que ha explicitado su respaldo abiertamente ha sido el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Su presidente, Aitor Esteban, exhibió su alineamiento con la visión de que este asunto es una cuestión de Estado que debe alejarse de la lucha partidista: «No vamos a jugar a hacer política interna. Este es un tema grave que puede decidir el futuro de todos nosotros y que se juega en un marco que trasciende al Estado español», sostuvo al termino de su encuentro con Sánchez de la semana pasada.
800.000 millones de euros en la UE
En respuesta a la actitud de la administración Trump, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha propuesto una dotación de 800.000 millones de euros para fortalecer la Defensa europea, algo que ha comenzado a discutirse en el Consejo Europeo de este jueves.
Sánchez ha acudido dispuesto a defender que esa enorme suma debe salir de un fondo europeo que asuma todo el gasto de los Estados.
Los pocos detalles que adelantó von der Leyen la semana pasada suponen que el conjunto del bloque comunitario pase de estar ligeramente por debajo del 2 % del PIB en gasto militar a superar el 3 %. Unos 650.000 millones de euros deberían salir de los presupuestos generales del los Estados miembros.
España en la actualidad gasta el 1,28 % de su PIB, según las estimaciones de la OTAN para 2024. Si ese año el país dedicó a esta partida algo menos de 20.000 millones de euros, para alcanzar la cifra propuesta por la presidenta de la comisión, el aumento para 2029 deberá superar los 22.000 millones de euros, un aumento de más de 5.000 millones de media durante cada uno de los próximos cuatro ejercicios.
Sánchez ya se había comprometido en 2022 con el entonces presidente de EE.UU. Joe Biden, a llegar al 2 % en 2029, sin embargo, el objetivo trazado ahora es mucho mayor, dejando desfasada la meta anterior.