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Estalla megaestafa ganadera en un país donde hay más vacas que gente

Unos 4.000 inversores resultaron damnificados y las pérdidas ascienden a 250 millones de dólares.
«Engordamos tus ahorros. Invertí en el negocio más seguro de la historia». Así se promocionaba la empresa uruguaya Conexión Ganadera en una publicidad gráfica que incluía la imagen de una vaca. Hoy, la compañía es investigada por la Fiscalía de Lavado de Activos por una megaestafa que afectó a más de 4.000 inversores.
Las pérdidas estimadas ascienden a 250 millones de dólares. En enero de este año, los damnificados comenzaron a organizarse y denunciar ante la Justicia el desfalco del que fueron víctimas.
Se descubrió que una de las empresas vinculadas a Conexión Ganadera, llamada Pasfer, tenía solo 49 de las 3.740 vacas que había presentado en garantía al Banco República (BROU), por lo que los inversores denunciaron a sus responsablespor hechos de «apariencia delictiva», informó El Observador.
Según reveló el periodista Eduardo Preve, una planilla de Excel de la empresa indica que debería haber un total de 804.604 cabezas de ganado entre todos los contratos. Pero el síndico que interviene la compañía desde que se desató la crisis, Alfredo Ciavattone, calcula que hay entre 70.000 y 80.000 animales en los campos.
La idea de Conexión Ganadera, fundada en 1999 por Gustavo Basso y Pablo Carrasco, era simple. Captar inversiones de ahorristas que desearan proteger y hacer crecer su dinero mediante la compra de ganado vacuno en Uruguay, un país donde esa industria no solo crece sino que se destaca mundialmente. Hay 12 millones de vacunos para una población de 3 millones de habitantes. Los socios cobraban dividendos de entre el 7 y el 11 % anual.
Sin embargo, en diciembre los inversores del fideicomiso, que a esa altura era el más grande del país, dejaron de cobrar sus ganancias, salvo algunos que pudieron retirar el dinero. Los rumores de una caída de la empresa se hacían cada vez más fuertes.
Un esquema Ponzi
En enero, en una reunión con inversores ‘vip’, los dueños de la firma reconocieron que atravesaban una situación financiera difícil, con un pasivo cercano a los 250 millones de dólares.
Pablo Carrasco fue en ese encuentro quien destapó lo que se considera como una de las estafas más graves ocurridas en Uruguay. En una reunión virtual en la que reapareció Carrasco, después de despertar preocupación, un contador contratado por la empresa, Ricardo Giovio,dijo que el negocio inició como un «proyecto viable» y derivó en una estafa piramidal, al estilo de un «esquema Ponzi», reportó Montevideo Portal.
Giovio remarcó que el problema de «solvencia» de la empresa tenía que ver con que pagaba una renta fija, en un mercado siempre variable. De hecho, Carrasco atribuyó la crisis a cuestiones «coyunturales», como la gran sequía que afectó a la región, la pandemia de covid-19 y la caída de otros actores del ámbito ganadero.
La crisis del sector ya había afectado a fines del año pasado a otras dos compañías de importancia, Grupo Larrarte y República Ganadera, cuyos dueños pidieron entrar en concurso de acreedores.
Muerte dudosa
En noviembre de 2024, Conexión Ganadera anunció que participaría en un plan de salvataje financiero para que República Ganadera pudiera pagar sus deudas.
Al día siguiente, el 28, Gustavo Basso, uno de los titulares de Conexión Ganadera, murió en un accidente a bordo de un Tesla en la ruta 5, en la zona de La Cruz (Florida). La fiscalía local investiga las causas del siniestro.
En estos días, la Justicia de Uruguay lleva a cabo audiencias para tomar indagatoria a varios involucrados y testigos en la causa de estafa que compromete a Carrasco, su esposa, Ana Iewdiukow, y la viuda de Basso, Daniela Cabral.