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Bienestar

«Apúntate a nadar y deja lo que estás haciendo»: frases que ayudan muy poco a pacientes de dolor lumbar

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El dolor de espalda es una de las principales causas de baja laboral, a esta consecuencia se le estima un coste de 9.000 millones anuales en España (aproximadamente un 0,68% del PIB). Las lumbalgias son ‘la estrella’ dentro de este tipo de dolencias. Entre seis y ocho de cada diez personas la sufrirán en algún momento de su vida. Hablamos de un problema de primer orden que, además, cuando se padece conlleva una preocupación seria dado que objetivamente es muy limitante y, por otro lado, activa muchos de nuestros grandes miedos ya que las patologías en la columna vertebral nos llevan fácilmente a imaginar consecuencias graves que no tienen por qué ser así. Dado que hablamos de un problema con el que casi todo el mundo hemos topado, ya sea en nuestras propias carnes o a través de terceras personas, es importante entender si se está tratando adecuadamente. Una práctica habitual en consulta es la de indicar al paciente de manera más o menos imperativa que deje de hacer aquello que le molesta. En los casos más suaves puede ser la simple recomendación de reposar un par de semanas, pero otras ocasiones quien acude a su médico o fisioterapeuta podrá escuchar afirmaciones como ‘ya puedes olvidarte’ de volver a hacer esto o aquello. Cuando se trata de dolor de espalda, quienes lo padecen valoran mucho algo tan básico como la información. Un ‘paper’ publicado en el año 2018 abordó esta cuestión en concreto: ‘ ¿Qué es lo que más importa a las personas en las consultas de fisioterapia musculoesquelética?’ y llegó a algunas conclusiones como la de que las personas participantes indicaron masivamente que era muy normal no entender la explicación que recibían sobre las causas de su afección y su pronóstico. Tiene todo el sentido, para empezar necesitamos saber qué nos ocurre y si es un problema grave en lugar de explicaciones médicas elaboradas y precisas.¿Por qué es importante esta información?Debemos entender que la información y la evaluación del profesional con el paciente ya forman parte del tratamiento, no son solo cosas que ocurren antes del mismo. No es solo una manera de hablar, se ha podido medir cómo se produce una disminución del dolor percibido por parte del paciente simplemente por haber ayudado a que lo comprendan y lo sepan gestionar, sin haber aplicado todavía ningún tratamiento. Por supuesto, no deja de haber gente que busca una pastilla o un masaje y ‘a correr’, acuden a un profesional porque quieren ser tratados, la información les importa un pimiento, pero en general todos queremos saber qué nos está sucediendo y si debe o no quitarnos el sueño.El problema del diagnóstico en el dolor de espaldaUna de las mayores dificultades a la hora de evaluar un dolor de espalda es que sus causas son a menudo indeterminadas. Obviamente, esto es un gran desafío para el médico o el fisioterapeuta ya que suele ser de poca utilidad confesar al paciente que no hay manera de saber con certeza por qué le está doliendo. Por ello sería de agradecer que, en primer lugar, te expliquen lo que no es (ya que en el 99% de los casos se podrá descartar cualquier patología grave), el pronóstico relativamente bueno que tiene tu problema y qué puedes hacer al respecto.¿Hay falta de comunicación entre pacientes y profesionales de la salud?Un estudio reciente analizó la información que los expertos consideraban importante para informar a las personas sobre el dolor lumbar. Los autores descubrieron que, por ejemplo, los expertos consideraban muy importante (en el segundo puesto de treinta posibles), explicar al paciente cómo «continuar con las actividades normales», sin embargo, esta información ocupaba el puesto 24 entre los más importantes para los pacientes; una disparidad considerable. ¿Qué era importante para las personas participantes? Las tres primeras preocupaciones estaban relacionadas con señales de alerta e identificación de patologías graves. Otros aspectos importantes eran la autogestión y la información tranquilizadora, algo a lo que los expertos dieron una importancia mucho menor. En cualquier caso, parece que hay cierta desconexión entre profesional sanitario y paciente.No cabe duda que descartar algo grave brinda mucha tranquilidad. Si aceptamos que el dolor puede ser una situación alarmante para nuestro bienestar físico, emocional y funcional, no es tan difícil atar cabos. También parece importante ayudar a las personas a responder a la pregunta «¿qué puedo hacer yo mismo?». Dado que la vida transcurre mayormente fuera de una consulta o un hospital, quizás es ahí donde probablemente se realiza el 99% del tratamiento y tiene todo el sentido la importancia de aportar indicaciones y ayuda a las personas para lograrlo.Una respuesta tranquilizadora eficaz es mucho más efectiva si realmente aborda las preocupaciones de las personas. ‘Apúntate a nadar y deja lo que estás haciendo» es una frase que aporta poco a la recuperación del paciente, al margen de que hay innumerables casos clínicos en los que a personas que se les condenaba a que no podrían volver a hacer algo, lo han hecho e incluso mejor y más que antes. Que nadie te retire antes de tiempo.

​El dolor de espalda es una de las principales causas de baja laboral, a esta consecuencia se le estima un coste de 9.000 millones anuales en España (aproximadamente un 0,68% del PIB). Las lumbalgias son ‘la estrella’ dentro de este tipo de dolencias. Entre seis y ocho de cada diez personas la sufrirán en algún momento de su vida. Hablamos de un problema de primer orden que, además, cuando se padece conlleva una preocupación seria dado que objetivamente es muy limitante y, por otro lado, activa muchos de nuestros grandes miedos ya que las patologías en la columna vertebral nos llevan fácilmente a imaginar consecuencias graves que no tienen por qué ser así. Dado que hablamos de un problema con el que casi todo el mundo hemos topado, ya sea en nuestras propias carnes o a través de terceras personas, es importante entender si se está tratando adecuadamente. Una práctica habitual en consulta es la de indicar al paciente de manera más o menos imperativa que deje de hacer aquello que le molesta. En los casos más suaves puede ser la simple recomendación de reposar un par de semanas, pero otras ocasiones quien acude a su médico o fisioterapeuta podrá escuchar afirmaciones como ‘ya puedes olvidarte’ de volver a hacer esto o aquello. Cuando se trata de dolor de espalda, quienes lo padecen valoran mucho algo tan básico como la información. Un ‘paper’ publicado en el año 2018 abordó esta cuestión en concreto: ‘ ¿Qué es lo que más importa a las personas en las consultas de fisioterapia musculoesquelética?’ y llegó a algunas conclusiones como la de que las personas participantes indicaron masivamente que era muy normal no entender la explicación que recibían sobre las causas de su afección y su pronóstico. Tiene todo el sentido, para empezar necesitamos saber qué nos ocurre y si es un problema grave en lugar de explicaciones médicas elaboradas y precisas.¿Por qué es importante esta información?Debemos entender que la información y la evaluación del profesional con el paciente ya forman parte del tratamiento, no son solo cosas que ocurren antes del mismo. No es solo una manera de hablar, se ha podido medir cómo se produce una disminución del dolor percibido por parte del paciente simplemente por haber ayudado a que lo comprendan y lo sepan gestionar, sin haber aplicado todavía ningún tratamiento. Por supuesto, no deja de haber gente que busca una pastilla o un masaje y ‘a correr’, acuden a un profesional porque quieren ser tratados, la información les importa un pimiento, pero en general todos queremos saber qué nos está sucediendo y si debe o no quitarnos el sueño.El problema del diagnóstico en el dolor de espaldaUna de las mayores dificultades a la hora de evaluar un dolor de espalda es que sus causas son a menudo indeterminadas. Obviamente, esto es un gran desafío para el médico o el fisioterapeuta ya que suele ser de poca utilidad confesar al paciente que no hay manera de saber con certeza por qué le está doliendo. Por ello sería de agradecer que, en primer lugar, te expliquen lo que no es (ya que en el 99% de los casos se podrá descartar cualquier patología grave), el pronóstico relativamente bueno que tiene tu problema y qué puedes hacer al respecto.¿Hay falta de comunicación entre pacientes y profesionales de la salud?Un estudio reciente analizó la información que los expertos consideraban importante para informar a las personas sobre el dolor lumbar. Los autores descubrieron que, por ejemplo, los expertos consideraban muy importante (en el segundo puesto de treinta posibles), explicar al paciente cómo «continuar con las actividades normales», sin embargo, esta información ocupaba el puesto 24 entre los más importantes para los pacientes; una disparidad considerable. ¿Qué era importante para las personas participantes? Las tres primeras preocupaciones estaban relacionadas con señales de alerta e identificación de patologías graves. Otros aspectos importantes eran la autogestión y la información tranquilizadora, algo a lo que los expertos dieron una importancia mucho menor. En cualquier caso, parece que hay cierta desconexión entre profesional sanitario y paciente.No cabe duda que descartar algo grave brinda mucha tranquilidad. Si aceptamos que el dolor puede ser una situación alarmante para nuestro bienestar físico, emocional y funcional, no es tan difícil atar cabos. También parece importante ayudar a las personas a responder a la pregunta «¿qué puedo hacer yo mismo?». Dado que la vida transcurre mayormente fuera de una consulta o un hospital, quizás es ahí donde probablemente se realiza el 99% del tratamiento y tiene todo el sentido la importancia de aportar indicaciones y ayuda a las personas para lograrlo.Una respuesta tranquilizadora eficaz es mucho más efectiva si realmente aborda las preocupaciones de las personas. ‘Apúntate a nadar y deja lo que estás haciendo» es una frase que aporta poco a la recuperación del paciente, al margen de que hay innumerables casos clínicos en los que a personas que se les condenaba a que no podrían volver a hacer algo, lo han hecho e incluso mejor y más que antes. Que nadie te retire antes de tiempo.   

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