De Ultimo Minuto
Bernardo Vega, de la economía a los secretos de la historia

Bernardo Vega es de esa generación a la que le interesó todo. A la que hoy le importa todo. Decidió contar sus 87 años de edad, tiempo que le ha permitido vivir muchas vidas diferentes o por lo menos, muchos oficios. Economista, historiador, analista político, escritor, empresario, arqueólogo, diplomático, editor… Temas no faltan; el tiempo siempre es corto para hablar de una vida larga.
—¿Por qué titula sus memorias Intimidades en la Era Global?
Porque realmente digo cosas íntimas. Y porque en este momento de la Era Global hay tanta incertidumbre…
—Entre la publicación del tercer tomo de sus memorias y esta conversación… ¿qué ha pasado?
Ha pasado Trump. Yo creo que se está dando cuenta de los errores que está cometiendo y que irá echando para atrás. Todo depende de cuán fuerte e independiente es el sistema judicial norteamericano. Porque va a llegar un momento en que una Corte va a obligar al presidente a no hacer las cosas… y él las va a hacer.
—Siempre creemos que el sistema americano es lo suficientemente fuerte.
Bueno, nunca se ha llegado a eso, a que un presidente haga algo que le prohíba el sistema. Pero los cambios que ha hecho entre los militares es para que todos le obedezcan, aun cuando la orden que él de sea ilegal. Son gente que le dicen que sí. Veremos, me preocupa mucho.
—La noticia de hoy han sido los aranceles.
¡Sí! Pero acaban de decir que él decidió que tres compañías de automóviles van a estar exentas. Es decir, exonera empresas individuales, no a todas las empresas, sino a tres solamente. Eso es una locura.
—¿Cómo ve el papel de Europa en este momento?
En los últimos tres días Alemania se está fortaleciendo. El euro está a 1,07. Las inversiones de las compañías europeas armamentistas han aumentado muchísimo. Es decir, parece que por fin tomaron la decisión de que no puede depender de los Estados Unidos y han dicho “vamos nosotros mismos a armarnos aquí y ayudar a Ucrania sin ayuda americana”. Esa parece que es la decisión tomada en Europa. Lo que quería Trump era que aumentaran su inversión militar y lo está logrando.
—Y ha conseguido también lo que quería en el canal de Panamá…
Yo pensé que el gobierno chino iba a prohibir a los dueños de esa compañía china vender, por ser un lugar estratégico, pero Trump lo logró. Y parece que ya los 87,000 ciudadanos de Groenlandia están dispuestos a cambiar.
—Es que son muy poca gente…
Y el país al que pertenece no se ha portado bien.
—¿Cree que EE. UU. conseguirá Groenlandia?
Sí, yo creo que ofrecerá un dinero al país europeo para que se salga de ahí o que sean socios en las minas, lo que sea. Pero sí, lo va a conseguir. Groenlandia va a ser parte de Estados Unidos.
Prensa
—Empecemos por su etapa en la prensa…
Desde muy joven comencé a publicar artículos en el Listín Diario con Rafael Herrera, lo hice hasta 1990. Pasé después, con mi amigo Bienvenido Álvarez Vega a publicar en el periódico Hoy… y hasta hoy. Además tengo dos colaboraciones semanales con El Despertador. Ahí trato de hablar de todo lo que me interesa. Y no hay censura.
—Fue director de El Caribe
Sí, el periódico había sido adquirido a Germán Emilio Ornes. El dueño era el Banco Popular. En el trasfondo lo que había era un pleito entre bancos. Fue el primer caso, creo, de televisión y periódico al mismo tiempo. Realmente se metieron ahí para competir con Ramoncito Báez, que tenía muchos medios. Y yo me daba cuenta por los estados financieros de Baninter que algo malo había ahí, pero no podía, como director de un periódico perteneciente a otro banco, hablar sobre eso. Yo duré un año y lo de Baninter vino como seis meses después.
—¿Por qué dejó la dirección?
Primero, porque el acuerdo era estar un año. Y obviamente… el conflicto con el otro banco me impedía decir lo que yo quería como editor. Llegó un momento que tenía que mandar los editoriales antes de publicarlos.
—Después fundó una revista.
Sí, La Lupa Sin Trabas, con Fernando Hasbún. Y esa revista fue muy buena, pero perdió toda la plata, perdimos todas las inversiones. No conseguíamos anuncios del gobierno porque éramos muy independientes. También hubo un error: era una publicación en papel, por suscripción, en un momento en que ya todo se encaminaba hacia lo digital.
—¿Cómo ve el ecosistema informativo actual?
Lo de aquí se parece a lo que está pasando en todos lados. Porque la gente lo que ve son las redes sociales.Yo no las veo, aunque debería… Las encuestas preguntan: “¿Cómo usted se entera de la situación política? En redes sociales”. Y esa es la fuente más prejuiciada, porque es la opinión de un señor que no es periodista y que no es independiente.
Minería en el Sur
—Su primer trabajo, ha contado, fue en una mina en Cabo Rojo.
Cuando yo me gradué de economista decidí que yo no iba a trabajar para el gobierno aunque en esa época solo había empleo que en el gobierno, no había compañías grandes que emplearan economistas. Entonces coincidió con la inauguración de la ARCOA Corporation Company y me fui a trabajar con 21 o 22 años de edad a Cabo Rojo.
—¿Cómo era el Sur en ese momento?
Cabo Rojo… aquello era… yo le llamo Macondo sur-mer. Por ejemplo, el único que tenía un vehículo para ir de Cabo Rojo a Pedernales los sábados a tomarse uno trago era yo. En dos ocasiones estaba ahí y se me acercaron “mire, esta señora está dando a luz… Por favor llévela en su carro al hospital”. Y la segunda vez, me gritó una mujer: “¡Blanquito, préñame a mi para que tú no tengas que andar con barriga ajena!”. Eso era Macondo sur-mer. Y desde que mataron a Trujillo vine para acá.
—¿Qué opina del hallazgo de las tierras raras en Pedernales?
Yo he dicho públicamente y se lo he dicho en privado al presidente: en ninguna parte del mundo se ha encontrado una fórmula para poder sacar tierras raras de la bauxita de una forma económica. El país que más bauxita tiene en el área es Jamaica. Ha gastado varios millones de dólares con una compañía japonesa tratando de sacarle tierras raras a la bauxita y no lo ha logrado. Y he dicho que ya, por ejemplo, los empresarios están diciendo, “¿para qué una reforma tributaria si vamos a ser ricos?” El problema no es cuantificar cuánta tierra rara hay. Es la tecnología para hacerlo, que no ha aparecido.
—Pero es un tema estratégico, no solo económico.
Los norteamericanos obviamente están interesados -aun cuando no se ha hablado económicamente- para que los chinos no se metan. Pero lo que te quiero decir es que la prospección o los estudios duran años y ¿por qué gastar tanto dinero si la tecnología no existe hasta ahora? Es hacer todo eso sujeto a que no solamente aparezcan las cantidades necesarias sino que la tecnología surja.
—También hay un proyecto turístico en Pedernales.
También he criticado ese proyecto. Mira… cuando pasé al Banco Central en 1965 con Diógenes Fernández, fui a una reunión en Ciudad de México y por pura coincidencia fui al que sería después el famoso Cancún. Al regresar convencí a Diógenes de pedirle al Banco Mundial un objetivo parecido. Vino el técnico y yo lo llevé a los dos puntos factibles: Macao y Puerto Plata. El técnico dijo que tenía que ser Puerto Plata porque ahí había agua, gente, infraestructura. Diógenes Fernández era de Puerto Plata y estaba feliz. Pero toda la infraestructura la hizo el Estado y los hoteles los construyó el sector privado. Todo lo de Puerto Plata y todo lo del Este por supuesto también.
Ahora el Estado está construyendo los hoteles con fondos del Estado y del Banco Central, sujetos a un acuerdo previo de que tal o cual cadena de hoteles los va a administrar. Pero si el ambiente no está para eso… los hoteles no lo van a hacer. A mí me preocupa que el Estado se esté metiendo a ser dueño de los hoteles. Eso es complicado.
Un cemí y una poblada
—De toda su trayectoria profesional, ¿qué ha disfrutado más?
La arqueología. Mi tío Emil de Boyrie fue el primer arqueólogo dominicano y yo de niño lo acompañaba a las visitas, como por ejemplo a la plaza ceremonial de San Juan… Cuando murió José Antonio Caro, me metí en el Museo del Hombre, que era solo un museo arqueológico. José Antonio estudió en París en el Museo del Hombre. El de allá es arqueología, el de aquí era arqueología solamente y yo lo convertí en Museo de Antropología. Es decir, museo de la herencia indígena, española y africana. Somos el país más mulato del mundo como proporción de la población local. Ahí incluí la religiosidad popular, el carnaval, etc. Y puse tres estatuas a la entrada de Tony Prats Ventós para intentar explicar que esos son nuestros orígenes. Me siento muy orgulloso también que descubrí el destino del cemí de algodón.
—¿Y de su etapa como economista?
Como economista me tocó, lamentablemente, la Década Perdida. Cuando entré como gobernador del Banco Central la moneda era un dólar por un peso. Pero la mitad de las operaciones se hacían en un mercado paralelo ilegal. Yo tuve que unificar un solo tipo de cambio y lo logré. Desde entonces todos mis sucesores hacen lo mismo. Y además en toda América Latina, excepto Argentina, Cuba -bueno, vamos a ver qué pasa con Argentina ahora- y los países dolarizados. Es decir, logré que se estableciera un sistema monetario que se ha mantenido. Me costó mucho. La gente lo que recuerda es la Poblada de Abril de 1984.
—Un recuerdo muy duro…
Sí, me conmocionó, porque aunque estoy orgulloso de que logré la unificación cambiaria, que nadie ha querido echar para atrás, fue el momento más difícil. La Década Perdida, dieciocho países, once de América Latina, tuvieron que hacer acuerdos con el Fondo Monetario. Desde entonces yo participo muy poco en asuntos económicos.
—¿Por qué?
Primero porque reconozco mi obsolescencia en el área. Ya todos los muchachos han estudiado cosas que yo no estudié. Y además, habiendo sido Gobernador del Banco Central, se ve muy feo que yo critique, además siendo jubilado de ahí también. Entonces, aunque puedo no tener algunas ideas parecidas con ellos algunas veces, no critico.
—También estaba en el Banco Central en Abril del 65…
Eso fue una historia complicadísima. Yo era asesor económico de Diógenes Fernández, que se había ido a una reunión del BID en Uruguay cuando estalló la guerra. Entonces todos los bancos estaban en la zona constitucionalista. Me toca a mí, que era asesor y no ejecutivo, estar ahí sin que esté el gobernador en medio de una guerra civil.
(Las memorias narran detalladamente lo sucedido tanto con un bando como con otro y sus intereses en abrir la bóveda del Banco Central.)
El de Balaguer era un régimen semi-totalitario, con muchos muertos, ya yo sabía que no podía ascender más porque por encima estaban el vicegobernador y el gobernador. Y necesitaba ganar dinero, estaba casado y ya tenía una hija. Y renuncié. A Diógenes Fernández no le gustó. Esa es una etapa en que yo me convierto en empresario.
—¿En qué ramo?
Los americanos nos daban todos los dólares del mundo para que importáramos comida mientras Lyndon Johnson fuera presidente. Pero cuando yo me voy, me digo, “aquí van a seguir importando comida pero sin recursos donados”. Entonces va a haber concursos. Y me metí con una compañía americana. Yo hice plata en ese entonces, me convertí en empresario. Entonces arrancó una etapa de viajes. Cynthia y yo decidimos conocer el tercer mundo antes de que cambiara. Fuimos a Nueva Guinea, hicimos muchos viajes por esa región, además de las Indias Orientales… Ese tercer mundo lo conocí en los años 70 y es muy diferente hoy. Ahora estoy conociendo Europa.
—La globalización ha limado muchas identidades culturales…
Así es. Me acuerdo que en la montaña de Nueva Guinea me dijeron que habían conocido al hombre blanco en 1933. Pregunté si había alguien que lo recordara. Y había un viejito. ¿Cómo fue la cosa? “Bueno, ellos llegaron. Se pusieron afuera. Pero nosotros concluimos que tenían que ser dioses porque tenían unos tubos hasta ahí. (Eran los pantalones) Pero la costumbre nuestra, contaban, es cuando llega el extranjero le mandamos unas mujeres” Y por la madrugada las mujeres decían, “son igualitos que nosotros”. El medio de intercambio eran caracoles.
El país, hoy
—¿Cómo definiría la etapa actual?
Hemos pasado de la dictadura de Trujillo a un régimen semidictatorial de Balaguer. Viene la etapa de Antonio Guzmán y Jorge Blanco. Después Balaguer otra vez. Desde el 96 tenemos elecciones. No hay inestabilidad política. Digamos que hemos madurado de un país agrícola que exportaba azúcar, café y cacao. Somos un país con el 70 % de la población es urbana y el 30 % rural. Somos una economía de servicios que vive esencialmente del turismo, las zonas francas y remesas. Que más del 10 % de la población… no, más del 20 % de la población vive fuera del país.
Es una economía totalmente diferente con términos políticos totalmente diferentes. Pero, todavía es un país donde las nóminas estatales son inmensas. Ahora, el 9 % de lo que recauda el gobierno va para inversiones. Cuando Balaguer era el 50 %.
—¿Por qué tan poco?
Porque el tamaño de la nómina pública es inmenso. Vino el COVID. Correctamente, el presidente del PLD emitió tarjetas de crédito para que la gente que no podía salir de la casa tuviera con qué comer. Pero desaparece el COVID y siguen las tarjetas. Y las aumentan. Y entonces, cuando el COVID decidieron “si no pagan la luz, le seguimos dando luz porque no pueden salir de la casa”. Y ahora, el 40 % de la gente tiene luz y no paga. El 25% de lo que se recauda en el impuesto se va para pagar los intereses de la deuda. Tú sumas todo eso y quedan nueve. Ya es un modelo que va a explotar por algún lado.
—Pero la economía crece más que en el resto del continente…
Hay crecimiento económico por la inversión privada nacional y extranjera, pero eso es impredecible. Por cualquier razón, puede… De pronto alguien dice, “las exportaciones de la zona franca dominicana pagan impuestos” y ya desapareció la zona franca. Se fueron todos a otro lado. Y lo mismo el turismo. En el turismo puede pasar cualquier cosa.
—¿Siente que es una economía frágil?
Es una economía frágil. Por el sector público, con esa cantidad de empleados y con la reestatización de la economía: el Estado es dueño de la Refinería y dueño de la planta de generación más grande del país que es Catalina, dueño de las tres distribuidoras de electricidad, del banco más grande del país, Banreservas, de los hoteles de Pedernales, del aeropuerto y el puerto de Cabo Rojo, de la compañía minera nueva… es que hay un proceso de montar empresas estatales en vez de ser un Estado donde haya dinero para invertir en obras públicas. Y todo, pesar de la mala experiencia de las 22 empresas de Corde y los doce ingenios locales.
—Esa dirección… ¿no es una contradicción siendo Abinader un exitoso empresario privado?
Sí. Pero heredó eso del PLD. Nadie ha querido volver al esquema anterior. Los gobiernos de Abinader ya aumentaron la nómina un 15 % de cantidad de empleados públicos. Ahora vienen los aumentos de sueldo. Un hombre que no va a la reelección debería poder hacer la reforma tributaria.
—¿No se atrevió o estaba mal planteada?
No se preparó el ambiente. Para eso se prepara todo un teatro, para que la gente lo acepte. Es una reforma que gravaba más a los ricos que a los pobres. Pero no se hizo público el asunto, no se comunicó bien.
—¿Cómo se calificaría políticamente? Ha dicho que en la época de la guerra civil dijeron “ahí va el comunista Vega”. Otros le han relacionado siempre con el PRD.
No, mira… Yo nada más me he inscrito en un partido, el Partido Dominicano para poder conseguir pasaporte. Y después cuando surge la Unión Cívica me inscribo cuando era un movimiento. No he pertenecido a ningún partido. Ahora, durante los años el gobierno de Balaguer estaba con Diógenes Fernández en el Banco Central. En la campaña electoral Jorge Blanco me decía, consígueme dinero. Y yo, “en vez de darte dinero, déjame conseguir dinero de empresarios para que te hagan encuestas políticas”. Aquí no se había hecho nunca, excepto la CIA que había hecho encuestas política para su uso interno. Y desde entonces yo he estado haciendo encuestas hasta hace un año que renuncié a hacerlas.
El Museo del Hombre fue honorífico. En los gobiernos del PRD sí ayudé en la campaña electoral con encuestas, así que por esa vía pueden ligarme. Y era amigo de Peña Gómez. Con Balaguer era una relación puramente intelectual. Yo lo entrevistaba para mi libro y sé que hablaba bien de mí. Y a Leonel Fernández yo lo ayudé en la campaña electoral también con encuestas.
El país, hoy
—¿Cuál es el mayor problema que tiene este país?
Haití. Y el presupuesto, que no hay forma de que los políticos quieran reducirlo.
—¿Cuánto le sobra?
Le sobra un 30 % del gasto público. Mucho, mucho, mucho. Porque con eso las inversiones llegarían a 39, 40 %. Además está el endeudamiento. Si tú tienes que dedicar un 25 % de tu recaudación a pagar intereses solamente con una tendencia de crecimiento de los intereses, llega un momento, nadie sabe cuándo, en que te hace muy difícil conseguir financiamiento. ¿Cuándo es se momento en que te dicen que no?, ¿cuándo será? Nadie sabe. Porque por ahora hay un afán de prestarnos, estamos muy bien.
—¿La crisis bancaria de 2003 se resolvió en falso o se resolvió bien?
Nunca se encontrará la respuesta correcta, pero yo pensé y sigo pensando, aunque admito que puede ser que esté equivocado, que honrar la portabilidad de los depósitos no importa el monto, incluyendo los de las compañías internacionales que pertenecían a Baninter, fue un error. Esa sería una buena entrevista con Hipólito, porque fue una decisión de él. Le decían que el sistema iba a colapsar si no se honraba la portabilidad de todos los depósitos.
—¿Usted cree que no?
Hay antecedentes de otros países que se hizo eso y se honró a todo el mundo. Pero honrando hasta $100,000 dólares o $150,000 dólares, creo que el sistema hubiese sobrevivido y la inflación y el endeudamiento no hubieran sido tan fuertes. Pero yo no estaba ahí con todo eso.
—¿Qué final tiene el déficit cuasi fiscal?
No lo ven como prioritario. Por ejemplo, el oro está ahora en el nivel más alto en el mundo. Pero la Barrick está produciendo el 40 % de lo que producía antes porque el gobierno no autoriza al gobierno que haga una presa de colas.
—Pero tampoco autoriza el proyecto de Romero.
Sí, Romero… Ahí están oportunidades de conseguir divisas rápidas y utilizarlas rápidamente para pagar la deuda externa o lo que sea. Pero tienen miedo de autorizar.
Haití
—¿Cómo ha llevado la diplomacia dominicana el tema de Haití estos años?
Creo que el gobierno lo ha llevado bien, pero a veces usa el tema haitiano para fines electorales internos. Como cuando el bendito canal… ¡todavía no reparte agua! ¡Si no hay ningún sector agrícola haitiano que se beneficie de eso! Por aquí se arma el reperpero, cuando desde aquí se puede controlar el flujo de agua que le llega, incluso para que no llegue nada. Yo he dicho públicamente y el gobierno me ha oído, pero reconozco que no lo puede hacer: la solución en Haití son soldados pagados. Mercenarios.
—No sería la primera vez…
Los americanos tienen una compañía de mercenarios, Blackwater. En varios países como Afganistán, el grueso de las tropas americanas son de estas compañías. Ahora con Trump me imagino que les irá muy bien. Que le den un dinerito a Haití para que lo controle y haga labores de las tropas especiales. Un pequeño grupo con aviones. Si tú lees un periódico haitiano de hace cuatro días, dicen que están allá en Blackwater. Barbecue dijo que lo atacaron con un dron. Y que va a conseguir un dron más grande.
—¿Qué es lo que más te interesa ahora?
Viajar. Mira, con 87 años de edad, con limitaciones, yo casi no puedo escribir. No me sale la letra. En algún momento el cerebro comenzará a fallar. Se me hace difícil hacer investigaciones históricas por problemas físicos. Yo tengo previstos dos viajes, pero en barco y en tren, con mis limitaciones no puedo andar subiendo lomas… Sigo leyendo mucho. Sí estoy escribiendo, por ejemplo, en la revista de la Academia de Historia. Establecí una fundación en el año 80 y ahí he publicado como 30 libros de otros autores. Y presidiendo la Academia de Historia y presidiendo los Bibliófilos publiqué como 30 más. Son como setenta y pico de libros entre los que yo soy autor y que yo soy editor.
Pero pendiente de aceptar un cargo público, no. Y ningún empresario entra en una empresa con 87 años de edad. Soy presidente de la Fundación Rodríguez Demorici y vamos a reeditar cinco de sus libros, que ya están a punto de salir. Es el tipo de labor que toca ahora, de editor otra vez.
Actualidad, Nacional, Inés Aizpún, Santo Domingo, Economía, Historia, Geopolítica, Medios de comunicación, Bernardo Vega, Memorias, Prensa Bernardo Vega es de esa generación a la que le interesó todo. A la que hoy le importa todo. Decidió contar sus 87 años de edad, tiempo que le ha permitido vivir muchas vidas diferentes o por lo menos, muchos oficios. Economista, historiador, analista político, escritor, empresario, arqueólogo, diplomático, editor… Temas no faltan; el tiempo siempre es corto para hablar de una vida larga.—¿Por qué titula sus memorias Intimidades en la Era Global? Porque realmente digo cosas íntimas. Y porque en este momento de la Era Global hay tanta incertidumbre…—Entre la publicación del tercer tomo de sus memorias y esta conversación… ¿qué ha pasado? Ha pasado Trump. Yo creo que se está dando cuenta de los errores que está cometiendo y que irá echando para atrás. Todo depende de cuán fuerte e independiente es el sistema judicial norteamericano. Porque va a llegar un momento en que una Corte va a obligar al presidente a no hacer las cosas… y él las va a hacer. —Siempre creemos que el sistema americano es lo suficientemente fuerte.Bueno, nunca se ha llegado a eso, a que un presidente haga algo que le prohíba el sistema. Pero los cambios que ha hecho entre los militares es para que todos le obedezcan, aun cuando la orden que él de sea ilegal. Son gente que le dicen que sí. Veremos, me preocupa mucho.—La noticia de hoy han sido los aranceles. ¡Sí! Pero acaban de decir que él decidió que tres compañías de automóviles van a estar exentas. Es decir, exonera empresas individuales, no a todas las empresas, sino a tres solamente. Eso es una locura. «Un hombre que no va a la reelección debería poder hacer la reforma tributaria.» “—¿Cómo ve el papel de Europa en este momento? En los últimos tres días Alemania se está fortaleciendo. El euro está a 1,07. Las inversiones de las compañías europeas armamentistas han aumentado muchísimo. Es decir, parece que por fin tomaron la decisión de que no puede depender de los Estados Unidos y han dicho “vamos nosotros mismos a armarnos aquí y ayudar a Ucrania sin ayuda americana”. Esa parece que es la decisión tomada en Europa. Lo que quería Trump era que aumentaran su inversión militar y lo está logrando.—Y ha conseguido también lo que quería en el canal de Panamá… Yo pensé que el gobierno chino iba a prohibir a los dueños de esa compañía china vender, por ser un lugar estratégico, pero Trump lo logró. Y parece que ya los 87,000 ciudadanos de Groenlandia están dispuestos a cambiar. —Es que son muy poca gente…Y el país al que pertenece no se ha portado bien. —¿Cree que EE. UU. conseguirá Groenlandia? Sí, yo creo que ofrecerá un dinero al país europeo para que se salga de ahí o que sean socios en las minas, lo que sea. Pero sí, lo va a conseguir. Groenlandia va a ser parte de Estados Unidos. «El oro está ahora en el nivel más alto pero la Barrick está produciendo el 40 % de lo que producía antes porque el gobierno no autoriza que haga una presa de colas. » “https://resources.diariolibre.com/images/2025/03/10/05032025-entrevista-ines-31-f41cfb5f.jpgPrensa—Empecemos por su etapa en la prensa… Desde muy joven comencé a publicar artículos en el Listín Diario con Rafael Herrera, lo hice hasta 1990. Pasé después, con mi amigo Bienvenido Álvarez Vega a publicar en el periódico Hoy… y hasta hoy. Además tengo dos colaboraciones semanales con El Despertador. Ahí trato de hablar de todo lo que me interesa. Y no hay censura. —Fue director de El CaribeSí, el periódico había sido adquirido a Germán Emilio Ornes. El dueño era el Banco Popular. En el trasfondo lo que había era un pleito entre bancos. Fue el primer caso, creo, de televisión y periódico al mismo tiempo. Realmente se metieron ahí para competir con Ramoncito Báez, que tenía muchos medios. Y yo me daba cuenta por los estados financieros de Baninter que algo malo había ahí, pero no podía, como director de un periódico perteneciente a otro banco, hablar sobre eso. Yo duré un año y lo de Baninter vino como seis meses después. —¿Por qué dejó la dirección? Primero, porque el acuerdo era estar un año. Y obviamente… el conflicto con el otro banco me impedía decir lo que yo quería como editor. Llegó un momento que tenía que mandar los editoriales antes de publicarlos. —Después fundó una revista.Sí, La Lupa Sin Trabas, con Fernando Hasbún. Y esa revista fue muy buena, pero perdió toda la plata, perdimos todas las inversiones. No conseguíamos anuncios del gobierno porque éramos muy independientes. También hubo un error: era una publicación en papel, por suscripción, en un momento en que ya todo se encaminaba hacia lo digital.—¿Cómo ve el ecosistema informativo actual? Lo de aquí se parece a lo que está pasando en todos lados. Porque la gente lo que ve son las redes sociales.Yo no las veo, aunque debería… Las encuestas preguntan: “¿Cómo usted se entera de la situación política? En redes sociales”. Y esa es la fuente más prejuiciada, porque es la opinión de un señor que no es periodista y que no es independiente. «El problema no es cuantificar cuánta tierra rara hay. Es la tecnología para hacerlo, que no ha aparecido.» “Minería en el Sur—Su primer trabajo, ha contado, fue en una mina en Cabo Rojo. Cuando yo me gradué de economista decidí que yo no iba a trabajar para el gobierno aunque en esa época solo había empleo que en el gobierno, no había compañías grandes que emplearan economistas. Entonces coincidió con la inauguración de la ARCOA Corporation Company y me fui a trabajar con 21 o 22 años de edad a Cabo Rojo.—¿Cómo era el Sur en ese momento?Cabo Rojo… aquello era… yo le llamo Macondo sur-mer. Por ejemplo, el único que tenía un vehículo para ir de Cabo Rojo a Pedernales los sábados a tomarse uno trago era yo. En dos ocasiones estaba ahí y se me acercaron “mire, esta señora está dando a luz… Por favor llévela en su carro al hospital”. Y la segunda vez, me gritó una mujer: “¡Blanquito, préñame a mi para que tú no tengas que andar con barriga ajena!”. Eso era Macondo sur-mer. Y desde que mataron a Trujillo vine para acá.—¿Qué opina del hallazgo de las tierras raras en Pedernales? Yo he dicho públicamente y se lo he dicho en privado al presidente: en ninguna parte del mundo se ha encontrado una fórmula para poder sacar tierras raras de la bauxita de una forma económica. El país que más bauxita tiene en el área es Jamaica. Ha gastado varios millones de dólares con una compañía japonesa tratando de sacarle tierras raras a la bauxita y no lo ha logrado. Y he dicho que ya, por ejemplo, los empresarios están diciendo, “¿para qué una reforma tributaria si vamos a ser ricos?” El problema no es cuantificar cuánta tierra rara hay. Es la tecnología para hacerlo, que no ha aparecido. —Pero es un tema estratégico, no solo económico.Los norteamericanos obviamente están interesados -aun cuando no se ha hablado económicamente- para que los chinos no se metan. Pero lo que te quiero decir es que la prospección o los estudios duran años y ¿por qué gastar tanto dinero si la tecnología no existe hasta ahora? Es hacer todo eso sujeto a que no solamente aparezcan las cantidades necesarias sino que la tecnología surja.—También hay un proyecto turístico en Pedernales. También he criticado ese proyecto. Mira… cuando pasé al Banco Central en 1965 con Diógenes Fernández, fui a una reunión en Ciudad de México y por pura coincidencia fui al que sería después el famoso Cancún. Al regresar convencí a Diógenes de pedirle al Banco Mundial un objetivo parecido. Vino el técnico y yo lo llevé a los dos puntos factibles: Macao y Puerto Plata. El técnico dijo que tenía que ser Puerto Plata porque ahí había agua, gente, infraestructura. Diógenes Fernández era de Puerto Plata y estaba feliz. Pero toda la infraestructura la hizo el Estado y los hoteles los construyó el sector privado. Todo lo de Puerto Plata y todo lo del Este por supuesto también.Ahora el Estado está construyendo los hoteles con fondos del Estado y del Banco Central, sujetos a un acuerdo previo de que tal o cual cadena de hoteles los va a administrar. Pero si el ambiente no está para eso… los hoteles no lo van a hacer. A mí me preocupa que el Estado se esté metiendo a ser dueño de los hoteles. Eso es complicado. «El mayor problema del país hoy es Haití. Y el presupuesto, que no hay forma de que los políticos quieran reducirlo. » “Un cemí y una poblada—De toda su trayectoria profesional, ¿qué ha disfrutado más? La arqueología. Mi tío Emil de Boyrie fue el primer arqueólogo dominicano y yo de niño lo acompañaba a las visitas, como por ejemplo a la plaza ceremonial de San Juan… Cuando murió José Antonio Caro, me metí en el Museo del Hombre, que era solo un museo arqueológico. José Antonio estudió en París en el Museo del Hombre. El de allá es arqueología, el de aquí era arqueología solamente y yo lo convertí en Museo de Antropología. Es decir, museo de la herencia indígena, española y africana. Somos el país más mulato del mundo como proporción de la población local. Ahí incluí la religiosidad popular, el carnaval, etc. Y puse tres estatuas a la entrada de Tony Prats Ventós para intentar explicar que esos son nuestros orígenes. Me siento muy orgulloso también que descubrí el destino del cemí de algodón. —¿Y de su etapa como economista?Como economista me tocó, lamentablemente, la Década Perdida. Cuando entré como gobernador del Banco Central la moneda era un dólar por un peso. Pero la mitad de las operaciones se hacían en un mercado paralelo ilegal. Yo tuve que unificar un solo tipo de cambio y lo logré. Desde entonces todos mis sucesores hacen lo mismo. Y además en toda América Latina, excepto Argentina, Cuba -bueno, vamos a ver qué pasa con Argentina ahora- y los países dolarizados. Es decir, logré que se estableciera un sistema monetario que se ha mantenido. Me costó mucho. La gente lo que recuerda es la Poblada de Abril de 1984. —Un recuerdo muy duro…Sí, me conmocionó, porque aunque estoy orgulloso de que logré la unificación cambiaria, que nadie ha querido echar para atrás, fue el momento más difícil. La Década Perdida, dieciocho países, once de América Latina, tuvieron que hacer acuerdos con el Fondo Monetario. Desde entonces yo participo muy poco en asuntos económicos. «Es una economía frágil por la cantidad de empleqdos del sector público y por la reestatización de la economía.» “—¿Por qué?Primero porque reconozco mi obsolescencia en el área. Ya todos los muchachos han estudiado cosas que yo no estudié. Y además, habiendo sido Gobernador del Banco Central, se ve muy feo que yo critique, además siendo jubilado de ahí también. Entonces, aunque puedo no tener algunas ideas parecidas con ellos algunas veces, no critico. —También estaba en el Banco Central en Abril del 65…Eso fue una historia complicadísima. Yo era asesor económico de Diógenes Fernández, que se había ido a una reunión del BID en Uruguay cuando estalló la guerra. Entonces todos los bancos estaban en la zona constitucionalista. Me toca a mí, que era asesor y no ejecutivo, estar ahí sin que esté el gobernador en medio de una guerra civil. (Las memorias narran detalladamente lo sucedido tanto con un bando como con otro y sus intereses en abrir la bóveda del Banco Central.)El de Balaguer era un régimen semi-totalitario, con muchos muertos, ya yo sabía que no podía ascender más porque por encima estaban el vicegobernador y el gobernador. Y necesitaba ganar dinero, estaba casado y ya tenía una hija. Y renuncié. A Diógenes Fernández no le gustó. Esa es una etapa en que yo me convierto en empresario.—¿En qué ramo?Los americanos nos daban todos los dólares del mundo para que importáramos comida mientras Lyndon Johnson fuera presidente. Pero cuando yo me voy, me digo, “aquí van a seguir importando comida pero sin recursos donados”. Entonces va a haber concursos. Y me metí con una compañía americana. Yo hice plata en ese entonces, me convertí en empresario. Entonces arrancó una etapa de viajes. Cynthia y yo decidimos conocer el tercer mundo antes de que cambiara. Fuimos a Nueva Guinea, hicimos muchos viajes por esa región, además de las Indias Orientales… Ese tercer mundo lo conocí en los años 70 y es muy diferente hoy. Ahora estoy conociendo Europa. —La globalización ha limado muchas identidades culturales…Así es. Me acuerdo que en la montaña de Nueva Guinea me dijeron que habían conocido al hombre blanco en 1933. Pregunté si había alguien que lo recordara. Y había un viejito. ¿Cómo fue la cosa? “Bueno, ellos llegaron. Se pusieron afuera. Pero nosotros concluimos que tenían que ser dioses porque tenían unos tubos hasta ahí. (Eran los pantalones) Pero la costumbre nuestra, contaban, es cuando llega el extranjero le mandamos unas mujeres” Y por la madrugada las mujeres decían, “son igualitos que nosotros”. El medio de intercambio eran caracoles. «Somos el país más mulato del mundo como proporción de la población local.» “https://resources.diariolibre.com/images/2025/03/10/05032025-entrevista-ines-44-9fafb656.jpgEl país, hoy—¿Cómo definiría la etapa actual? Hemos pasado de la dictadura de Trujillo a un régimen semidictatorial de Balaguer. Viene la etapa de Antonio Guzmán y Jorge Blanco. Después Balaguer otra vez. Desde el 96 tenemos elecciones. No hay inestabilidad política. Digamos que hemos madurado de un país agrícola que exportaba azúcar, café y cacao. Somos un país con el 70 % de la población es urbana y el 30 % rural. Somos una economía de servicios que vive esencialmente del turismo, las zonas francas y remesas. Que más del 10 % de la población… no, más del 20 % de la población vive fuera del país.Es una economía totalmente diferente con términos políticos totalmente diferentes. Pero, todavía es un país donde las nóminas estatales son inmensas. Ahora, el 9 % de lo que recauda el gobierno va para inversiones. Cuando Balaguer era el 50 %. —¿Por qué tan poco? Porque el tamaño de la nómina pública es inmenso. Vino el COVID. Correctamente, el presidente del PLD emitió tarjetas de crédito para que la gente que no podía salir de la casa tuviera con qué comer. Pero desaparece el COVID y siguen las tarjetas. Y las aumentan. Y entonces, cuando el COVID decidieron “si no pagan la luz, le seguimos dando luz porque no pueden salir de la casa”. Y ahora, el 40 % de la gente tiene luz y no paga. El 25% de lo que se recauda en el impuesto se va para pagar los intereses de la deuda. Tú sumas todo eso y quedan nueve. Ya es un modelo que va a explotar por algún lado. —Pero la economía crece más que en el resto del continente…Hay crecimiento económico por la inversión privada nacional y extranjera, pero eso es impredecible. Por cualquier razón, puede… De pronto alguien dice, “las exportaciones de la zona franca dominicana pagan impuestos” y ya desapareció la zona franca. Se fueron todos a otro lado. Y lo mismo el turismo. En el turismo puede pasar cualquier cosa.—¿Siente que es una economía frágil? Es una economía frágil. Por el sector público, con esa cantidad de empleados y con la reestatización de la economía: el Estado es dueño de la Refinería y dueño de la planta de generación más grande del país que es Catalina, dueño de las tres distribuidoras de electricidad, del banco más grande del país, Banreservas, de los hoteles de Pedernales, del aeropuerto y el puerto de Cabo Rojo, de la compañía minera nueva… es que hay un proceso de montar empresas estatales en vez de ser un Estado donde haya dinero para invertir en obras públicas. Y todo, pesar de la mala experiencia de las 22 empresas de Corde y los doce ingenios locales. —Esa dirección… ¿no es una contradicción siendo Abinader un exitoso empresario privado? Sí. Pero heredó eso del PLD. Nadie ha querido volver al esquema anterior. Los gobiernos de Abinader ya aumentaron la nómina un 15 % de cantidad de empleados públicos. Ahora vienen los aumentos de sueldo. Un hombre que no va a la reelección debería poder hacer la reforma tributaria. —¿No se atrevió o estaba mal planteada? No se preparó el ambiente. Para eso se prepara todo un teatro, para que la gente lo acepte. Es una reforma que gravaba más a los ricos que a los pobres. Pero no se hizo público el asunto, no se comunicó bien. —¿Cómo se calificaría políticamente? Ha dicho que en la época de la guerra civil dijeron “ahí va el comunista Vega”. Otros le han relacionado siempre con el PRD. No, mira… Yo nada más me he inscrito en un partido, el Partido Dominicano para poder conseguir pasaporte. Y después cuando surge la Unión Cívica me inscribo cuando era un movimiento. No he pertenecido a ningún partido. Ahora, durante los años el gobierno de Balaguer estaba con Diógenes Fernández en el Banco Central. En la campaña electoral Jorge Blanco me decía, consígueme dinero. Y yo, “en vez de darte dinero, déjame conseguir dinero de empresarios para que te hagan encuestas políticas”. Aquí no se había hecho nunca, excepto la CIA que había hecho encuestas política para su uso interno. Y desde entonces yo he estado haciendo encuestas hasta hace un año que renuncié a hacerlas. El Museo del Hombre fue honorífico. En los gobiernos del PRD sí ayudé en la campaña electoral con encuestas, así que por esa vía pueden ligarme. Y era amigo de Peña Gómez. Con Balaguer era una relación puramente intelectual. Yo lo entrevistaba para mi libro y sé que hablaba bien de mí. Y a Leonel Fernández yo lo ayudé en la campaña electoral también con encuestas. «Trump quría que Europa aumentara su inversión militar y lo está logrando.» “El país, hoy—¿Cuál es el mayor problema que tiene este país? Haití. Y el presupuesto, que no hay forma de que los políticos quieran reducirlo. —¿Cuánto le sobra? Le sobra un 30 % del gasto público. Mucho, mucho, mucho. Porque con eso las inversiones llegarían a 39, 40 %. Además está el endeudamiento. Si tú tienes que dedicar un 25 % de tu recaudación a pagar intereses solamente con una tendencia de crecimiento de los intereses, llega un momento, nadie sabe cuándo, en que te hace muy difícil conseguir financiamiento. ¿Cuándo es se momento en que te dicen que no?, ¿cuándo será? Nadie sabe. Porque por ahora hay un afán de prestarnos, estamos muy bien. —¿La crisis bancaria de 2003 se resolvió en falso o se resolvió bien? Nunca se encontrará la respuesta correcta, pero yo pensé y sigo pensando, aunque admito que puede ser que esté equivocado, que honrar la portabilidad de los depósitos no importa el monto, incluyendo los de las compañías internacionales que pertenecían a Baninter, fue un error. Esa sería una buena entrevista con Hipólito, porque fue una decisión de él. Le decían que el sistema iba a colapsar si no se honraba la portabilidad de todos los depósitos.—¿Usted cree que no?Hay antecedentes de otros países que se hizo eso y se honró a todo el mundo. Pero honrando hasta $100,000 dólares o $150,000 dólares, creo que el sistema hubiese sobrevivido y la inflación y el endeudamiento no hubieran sido tan fuertes. Pero yo no estaba ahí con todo eso.—¿Qué final tiene el déficit cuasi fiscal? No lo ven como prioritario. Por ejemplo, el oro está ahora en el nivel más alto en el mundo. Pero la Barrick está produciendo el 40 % de lo que producía antes porque el gobierno no autoriza al gobierno que haga una presa de colas. —Pero tampoco autoriza el proyecto de Romero. Sí, Romero… Ahí están oportunidades de conseguir divisas rápidas y utilizarlas rápidamente para pagar la deuda externa o lo que sea. Pero tienen miedo de autorizar. «Me preocupa que el Estado se esté metiendo a ser dueño de hoteles. Eso es complicado. » “https://resources.diariolibre.com/images/2025/03/10/05032025-entrevista-ines-11-18a0c4ad.jpgHaití—¿Cómo ha llevado la diplomacia dominicana el tema de Haití estos años? Creo que el gobierno lo ha llevado bien, pero a veces usa el tema haitiano para fines electorales internos. Como cuando el bendito canal… ¡todavía no reparte agua! ¡Si no hay ningún sector agrícola haitiano que se beneficie de eso! Por aquí se arma el reperpero, cuando desde aquí se puede controlar el flujo de agua que le llega, incluso para que no llegue nada. Yo he dicho públicamente y el gobierno me ha oído, pero reconozco que no lo puede hacer: la solución en Haití son soldados pagados. Mercenarios.—No sería la primera vez…Los americanos tienen una compañía de mercenarios, Blackwater. En varios países como Afganistán, el grueso de las tropas americanas son de estas compañías. Ahora con Trump me imagino que les irá muy bien. Que le den un dinerito a Haití para que lo controle y haga labores de las tropas especiales. Un pequeño grupo con aviones. Si tú lees un periódico haitiano de hace cuatro días, dicen que están allá en Blackwater. Barbecue dijo que lo atacaron con un dron. Y que va a conseguir un dron más grande. —¿Qué es lo que más te interesa ahora? Viajar. Mira, con 87 años de edad, con limitaciones, yo casi no puedo escribir. No me sale la letra. En algún momento el cerebro comenzará a fallar. Se me hace difícil hacer investigaciones históricas por problemas físicos. Yo tengo previstos dos viajes, pero en barco y en tren, con mis limitaciones no puedo andar subiendo lomas… Sigo leyendo mucho. Sí estoy escribiendo, por ejemplo, en la revista de la Academia de Historia. Establecí una fundación en el año 80 y ahí he publicado como 30 libros de otros autores. Y presidiendo la Academia de Historia y presidiendo los Bibliófilos publiqué como 30 más. Son como setenta y pico de libros entre los que yo soy autor y que yo soy editor. Pero pendiente de aceptar un cargo público, no. Y ningún empresario entra en una empresa con 87 años de edad. Soy presidente de la Fundación Rodríguez Demorici y vamos a reeditar cinco de sus libros, que ya están a punto de salir. Es el tipo de labor que toca ahora, de editor otra vez.