Tecnología
El SS United States fue el transatlántico más grande y rápido del océano. Ahora será un gigantesco arrecife submarino
Un transatlántico de 301 metros de eslora. Es una cifra que quizá no imponga en la actualidad cuando hablamos de cruceros, sobre todo teniendo moles como el Oasis of the Seas de más de 316 metros o el Harmony of the Seas con sus 362 metros, pero si nos remontamos a 1950, la cosa cambia. A mediados del siglo pasado es cuando se terminó el SS United States, un imponente transatlántico que no pasó a la historia como el Titanic, pero que debería.
Méritos no le faltan, pero tras un más que notable servicio, se abandonó en un astillero en el que se fue oxidando poco a poco sin que nadie le hiciera ni caso. Y así durante casi 30 años… hasta ahora, ya que se le va a dar un merecido homenaje en el fondo del mar.
El otro misil de la Guerra Fría. Durante la Guerra Fría, países como Estados Unidos invirtieron mucho, muchísimo dinero en mejorar su armamento. Concretamente su arsenal nuclear que, junto al de Rusia, creció de manera descontrolada. Pero había que hacer otras cosas y, en 1950, en los astilleros Newport News Shipbuilding de Virginia se estaba cociendo el transatlántico más grande del mundo: el SS United States.
Una postal del barco
Una burrada. Su construcción terminó en 1952 y fue entonces cuando el mundo conoció una absoluta bestia de 301 metros de eslora, una manga de 31 metros y un desplazamiento de más de 47.000 toneladas. El Titanic, tan colosal como era, medía 269 metros de eslora y un par de metros menos de manga. Curiosamente, desplazaba prácticamente el mismo tonelaje, pero el protagonista ahora es el barco estadounidense.
No sólo era el más grande construido en Estados Unidos: también se movía como un pez en el agua. Tenía una velocidad de crucero de 39 nudos (unos 59 km/h) y alcanzaba una sorprendente velocidad máxima de 38,38 nudos (70,97 km/h). Sus depósitos permitían recorrer más de 18.500 kilómetros a una velocidad sostenida de 64 km/h, lo que permitía que realizara misiones de rescate o de largo recorrido si había alguna emergencia. Era mucho más rápido que cruceros actuales.
El Titanic II. Su construcción costó unos 78 millones de dólares, pero había truco: Estados Unidos aportó 50 millones porque el barco podría utilizarse en misiones militares, moviendo hasta 15.000 soldados si la situación lo requería. Nunca se empleó con ese fin, pero que el Gobierno entrara en la ecuación no sólo permitió financiar la mayor parte del barco, sino también mejorar los materiales de construcción.
En su viaje inaugural en 1952 demostró de qué pasta estaba hecho, consiguiendo el récord de velocidad en ambos sentidos al completar el viaje en tres días y diez horas. Continuó realizando trayectos transportando pasajeros hasta 1969, siendo el orgullo de Estados Unidos durante la Guerra Fría.
Jubilación sin galones. Su iceberg, sin embargo, llegó a finales de la década de los 60. El auge de la aviación comercial transatlántica provocó que no tuviera sentido invertir dinero en el mantenimiento y funcionamiento de un barco tan enorme que tardaba mucho más en llevar pasajeros de un destino a otro.
Tras apenas 17 años de servicio, fue retirado del mismo y fue dando tumbos de un puerto a otro hasta que, en 1996, amarró en el puerto de Filadelfia. Curiosamente, a la vista de todo el mundo mientras su casco se iba oxidando cada vez más. Desde entonces, se intentó dar una segunda vida al orgullo de la nación, que pasó por varios dueños, pero los intentos por convertirlo en un hotel o un museo flotante no prosperaron.
Oscar póstumo. Era un final triste para un símbolo como este, pero la SS United States Conservancy logró hacerse con el buque y tienen planeado retirarlo de la forma que merece. Tras 28 años, hace unos días emprendió su último viaje ayudado por varios remolcadores y, tras una travesía de unos 3.000 kilómetros, llegó a las costas de Mobile, en Alabama.
Recreación del SS United States para el museo terrestre. La torre de radar y otros elementos serán los originales
El plan, ahora, es hundirlo en algún momento de 2026, y será en el fondo del mar donde se convertirá en un enorme arrecife artificial que hará las delicias de los submarinistas. En la costa habrá un museo y centro de visitantes en el que se recordará la historia de un buque que marcó una época naval y fue tristemente dejado a un lado debido al progreso. Ahora, podrá descansar con dignidad.
Imágenes | SSUSC, Chuck Homler d/b/a FocusOnWildlife
En Xataka | Los barcos de pasajeros más grandes de la historia, ordenados en una fabulosa infografía
–
La noticia
El SS United States fue el transatlántico más grande y rápido del océano. Ahora será un gigantesco arrecife submarino
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.