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El mejor pistacho, el de Madrid: así es como la capital de España quiere convertirse en la capital del fruto seco
Siete años. Recordar esa cifra porque será clave. Por ahora, hablemos del gran boom agrícola de los últimos años: el pistacho. Porque sí, no solo es una «moda gastronómica», es también una tendencia agroproductiva que ha convertido España en el cuarto país con más hectáreas.
Hasta ahora la Mancha ha sido la gran potencia pistachera, pero Madrid quiere disputárselo.
¿Qué hace una planta como tú en un sitio como este? La historia del pistacho español es muy curiosa: sabemos que los pistachos llegaron a España en pleno Imperio Romano, prosperaron durante la Edad Media (pueden encontrarse referencias en las obras de San Isidoro y en los manuales andalusíes) y luego, sencillamente, desaparecieron.
Según explicaba Pablo García Estringana, investigador del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), «en los años 70 y 80 hubo intentos de reintroducirlo en Cataluña y en Aragón, pero no funcionaron». Hubo que esperar a finales de los años 80, cuando «se iniciaron otros dos ensayos, uno en Castilla-La Mancha y otro en Antequera, en la provincia de Málaga, fruto de los cuales se vio que podría ser un cultivo prometedor».
No fue un camino sencillo. José Francisco Couceiro empezó a cultivar pistachos en el Centro de Investigación Agroambiental «El Chaparrillo» de Ciudad Real en 1987. Tardó 10 años solo en conseguir dominar el cultivo y eso que el sitio era idóneo. El árbol del pistacho pide climas cálidos, baja humedad y muchas horas de frío para fructificar.
Ahí, justo ahí, es donde entra Madrid. Porque, aunque el pistacho ha crecido sobre todo en la Mancha (donde «las hectáreas se han multiplicado casi por 16 en la última década«), nada impedía que otras comunidades apostaran por ello. Es lo que han hecho desde la capital.
Y lo han hecho algo tarde, de hecho. Porque el IMIDRA empezó a trabajar con estos árboles en 1999 y desde 2001 lleva tratando de introducirlo en la provincia. Pero solo en los últimos años la situación ha explotado: en 2020 había unas 400 hectáreas de pistacho en la región, hoy se han multiplicado casi por cuatro hasta las 1.700. Es más, como señala acertadamente Víctor Rodríguez, «solo en el último año, de hecho, se han duplicado respecto a las alrededor de 800 que había a final de 2023».
El árbol de los huevos de oro… Y es que, sobre el papel, el pistacho es el gran producto de moda: con una media de 6,5 euros el kilo, no es para menos. Aún queda mucho para desbancar a Castilla La Mancha, pero los agricultores madrileños están decididos a intentarlo. De hecho, el pistacho acaba de superar al almendro en hectáreas plantadas. Especialmente en la comarca de Las Vegas. Y esto no ha hecho más que empezar.
…pero con un ‘pero’ enorme. Desde que se plantan los primeros pistacheros y hasta que se producen la primera cosecha pasan siete años. Es decir, el producto es más rentable de lo normal, pero no es fácil llevar una plantación a producción. Según explicaban en el Periódico de España, se necesita «una inversión inicial de unos 5.000 o 6.000 euros por hectárea y unos gastos anuales de entre 1.500 y 1.800 euros por hectárea». Eso es lo que está cambiando las reglas del juego.
Porque el costo hundido de todo esto es enorme. Y aunque la demanda sigue siendo superior a la oferta, nadie sabe qué pasará exactamente dentro de diez años. No es raro que el IMIDRA trate de acortar los tiempos, pero eso es solo una parte del problema. Estamos viendo cómo olivares, limoneros o plátanos atraviesan enorme problemas por la falta de demanda. ¿Cuántos pistachos son suficientes? ¿Qué pasará cuando lleguemos a ese límite? ¿Qué pasará con todos los que en medio de sus «siete años en el desierto»?
Imagen | Dall·e
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El mejor pistacho, el de Madrid: así es como la capital de España quiere convertirse en la capital del fruto seco
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por
Javier Jiménez
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