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EEUU está dejando un vacío enorme en su repliegue arancelario. Y China se está encargando de rellenarlo

Las medidas que está tomando Donald Trump están provocando consecuencias diversas. Los aranceles del 25% para las importaciones de México y Canadá que acaba de activar son una forma de impulsar la industria y el empleo en ese país. Mientras tanto, China está tratando de aprovechar el momento para exportar más que nunca, pero hay muchos elementos importantes en esta guerra comercial.
China está regando el mundo de exportaciones. El gigante asiático lleva años impulsando acuerdos de comercio con países de todo el mundo. El Ministerio de Comercio del país lo demuestra en su listado de acuerdos de libre comercio, que incluye a países como Australia, Corea del Sur, Suiza o Chile.
China ya comercia con casi todo el mundo. Hay acuerdos en negociación con Noruega, Israel o Panamá, pero también se están investigando nuevos acuerdos con Colombia o Canadá, precisamente uno de los grandes afectados por los recientes aranceles de Trump. Un conocido analista, Balaji, compartía un gráfico en el que se apreciaba la evolución de esos acuerdos desde 2000 a 2024, cuando China ha llegado a muchos más países con sus exportaciones.
Pero es que China necesita exportar. El problema es que China produce mucho más de lo que consume, y que exporta mucho más de lo que importa. Ocurre con el acero, con los coches o con los paneles solares, y como indicaban en CNN eso la impulsa a incrementar sus exportaciones para revivir su economía. Y cuando exporta, lo hace beneficiándose de que gracias a esa sobreproducción puede competir en precios, echando del mercado a empresas locales que no pueden competir en ese terreno.
Y consumir mucho más. Como decíamos, el desequilibrio entre lo que se consume y lo que se produce en China es notable. Según el Banco Mundial, en el mundo el consumo representa el 75% del producto interior bruto (PIB), pero en China solo llega al 53-54%. Eso se debe a diversos factores, como indican en Carnegie Endowment, pero impulsar ese consumo doméstico es realmente complicado, lo que hace que las exportaciones sean aún más críticas.
Cuidado con importar demasiado. Si los países que comercian con China importan demasiadas mercancías y productos chinos, corren el peligro de desindustrializarse, como de hecho ha ocurrido en los últimos años en Occidente. Hemos delegado la producción de tecnología a China, por ejemplo, y las medidas de Trump precisamente están dirigidas a recuperar terreno en ese mercado. El problema afecta también a las economías emergentes, que se ven inundadas de productos chinos y sin capacidad de exportar los suyos.
Ejemplo: el coche eléctrico. BYD ha logrado convertirse en el gran protagonista del segmento de los coches eléctricos en 2024, y lo ha hecho gracias a esa estrategia. Sus coches suelen ser más aseguibles y eso ha logrado atraer a un gran número de compradores. Competir con el coche eléctrico chino se ha vuelto muy difícil, así que Europa recurrió hace meses a los aranceles para tratar de equilibrar las cosas.
EEUU apuesta por EEUU. Las medidas de Trump están castigando duramente las importaciones y están intentando lograr que las empresas fabriquen allí para que el país no dependa de esos productos y materiales extranjeros. Anuncios recientes como los de TSMC o Apple precisamente tratan de evitar los aranceles pero fuerzan a estas empresas a tomar decisiones estratégicas que de otro modo probablemente no hubieran tomado.
Las exportaciones de China a EEUU importan, pero no tanto. La mayoría de exportaciones de China se centran en otras regiones, y no tanto en EEUU. En 2022 esas regiones sumaron unos tres billones de dólares, frente a lo 637.000 millones dedicados a EEUU. El negocio con ese país es destacable, sí (un 22% del total), pero no crítico para las exportaciones chinas que pueden verse afectadas por los aranceles.
Canadá (probablemente) se hará más amiga de China. El «castigo» arancelario afectará al comercio entre EEUU y países como Canadá, pero precisamente este país lleva años incrementando sus cuotas de comercio con China. Beijing ya ha mostrado su intención de reforzar esos lazos comerciales con Canadá, y el propio primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dejó clara la situación. Al referirse a Trump destacó cómo lo que está haciendo es algo «muy tonto. Dos amigos peleándose es exactamente lo que nuestros oponentes en todo el mundo quieren ver».
México también reacciona. Claudia Sheinbaum, presidenta en México, también dejó claro que «es tiempo de la defensa de México» frente a los aranceles impuestos por Trump. La mandataria revelará sus planes próximamente, pero puede que también se acabe acercando al gobierno chino como parte de esa respuesta frente a las medidas de Trump.
Ser amigo de China tiene su aquel. Esa disposición de China a llegar a acuerdos comerciales con más y más países no está exenta de problemas, y de hecho lo hemos visto con el ejemplo de los aranceles europeos al coche eléctrico chino.
Y mientras, derrumbe de las bolsas. Las políticas arancelarias de Trump han provocado en los últimos días un desplome de las bolsas, y las grandes tecnológicas de EEUU han sufrido especialmente ese golpe. Ayer lograron contener un poco las pérdidas, pero las caídas han sido significativas tanto en los mercados tradicionales como en las criptodivisas.
Imagen | Cage Skidmore | Paul Kagame
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EEUU está dejando un vacío enorme en su repliegue arancelario. Y China se está encargando de rellenarlo
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Xataka
por
Javier Pastor
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