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Nuevo enfoque para diagnosticar la obesidad

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Cada 4 de marzo, el Día Mundial de la Obesidad se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre la magnitud de esta enfermedad, que afecta a millones de personas en todo el mundo. 

La Federación Mundial de Obesidad (WOF, por sus siglas en inglés) se hace eco de un mensaje crucial este año: la obesidad no debe considerarse un problema individual, sino una consecuencia de sistemas fallidos que dificultan el acceso a tratamientos adecuados. 

La obesidad: un desafío global

El impacto de la obesidad no es solo físico, sino también económico. En República Dominicana, los costos asociados ascienden a 1,961 millones de dólares, lo que representa un 2.6 % del PIB del país. 

Estos costos incluyen la pérdida de productividad, el ausentismo laboral y la mortalidad prematura, lo que subraya que la obesidad es una preocupación que afecta a toda la sociedad

Sin embargo, más allá de las cifras económicas, el desafío real radica en los sistemas y entornos que no están diseñados para apoyar una vida saludable para todos.

La doctora Ileana Chiari, directora médica de Novo Nordisk CLAT, resalta que el acceso a alimentos saludables, la infraestructura para la actividad física y la falta de políticas públicas adecuadas son factores clave que contribuyen al aumento de la obesidad

«No podemos seguir viendo la obesidad como un problema individual», señala. Se necesita un enfoque integral que considere tanto las soluciones médicas como los cambios estructurales necesarios en la sociedad.

Expandir imagenhttps://resources.diariolibre.com/images/2025/03/04/obesidad-otra-f5e67706.jpg

Infografía

Repensando el diagnóstico de la obesidad

Tradicionalmente, el diagnóstico de la obesidad se ha centrado en el Índice de Masa Corporal (IMC), que mide la relación entre peso y altura. Sin embargo, este método no tiene en cuenta la distribución de la grasa corporal ni el impacto que esta tiene en la salud general. La ciencia médica ha avanzado y el enfoque diagnóstico se ha actualizado.

La European Association for the Study of Obesity (EASO) ha propuesto el Modelo de Enfermedad Crónica Adiposa (ABCD, por sus siglas en inglés). Este modelo ofrece un enfoque más detallado para evaluar la obesidad, considerando tres componentes clave:

  • Componente antropométrico: en lugar de centrarse solo en el IMC, se mide la distribución de la grasa corporal, utilizando la relación cintura-altura. Este indicador es crucial para predecir el riesgo de enfermedades cardiometabólicas.
  • Componente clínico: se analiza cómo el exceso de grasa afecta órganos vitales y sistemas del cuerpo, proporcionando un panorama más completo de los riesgos para la salud.
  • Inclusión de personas con IMC inferior: el modelo reconoce que las personas con un IMC de 25-30 kg/m², considerado sobrepeso, y un aumento de grasa abdominal también corren riesgos significativos de enfermedades relacionadas con la obesidad. Según este modelo, la obesidad debe ser diagnosticada con un enfoque más completo que incluya valoraciones físicas, funcionales y psicológicas, lo que permitirá que los tratamientos sean más personalizados y efectivos.

Obesidad: más allá de la grasa

Un artículo publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology también propone un cambio fundamental en la forma en que entendemos la obesidad

Esta publicación resalta que la obesidad no es simplemente un exceso de grasa, sino una enfermedad crónica que afecta diversos órganos y sistemas, lo que conlleva riesgos como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 e insuficiencia renal.

En este sentido, se propone una nueva clasificación de la obesidad en dos categorías:

  • Obesidad preclínica: exceso de grasa sin manifestaciones evidentes en la salud, pero con riesgo de desarrollar otras enfermedades.
  • Obesidad clínica: el exceso de grasa interfiere con la función de los órganos y genera problemas metabólicos, cardiovasculares y limitaciones físicas.

La doctora Chiari enfatiza que la obesidad es una enfermedad crónica y progresiva que requiere un manejo médico adecuado. «Con las herramientas adecuadas para un diagnóstico preciso y un acceso oportuno al tratamiento integral, podemos mejorar la calidad de vida de quienes la padecen y reducir los riesgos asociados a esta enfermedad», concluye.

 

​ Revista, Buena vida, Diario Libre, Santo Domingo, Salud, Obesidad, Día Mundial Contra la Obesidad Cada 4 de marzo, el Día Mundial de la Obesidad se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre la magnitud de esta enfermedad, que afecta a millones de personas en todo el mundo. La Federación Mundial de Obesidad (WOF, por sus siglas en inglés) se hace eco de un mensaje crucial este año: la obesidad no debe considerarse un problema individual, sino una consecuencia de sistemas fallidos que dificultan el acceso a tratamientos adecuados. La obesidad: un desafío globalEl impacto de la obesidad no es solo físico, sino también económico. En República Dominicana, los costos asociados ascienden a 1,961 millones de dólares, lo que representa un 2.6 % del PIB del país. Estos costos incluyen la pérdida de productividad, el ausentismo laboral y la mortalidad prematura, lo que subraya que la obesidad es una preocupación que afecta a toda la sociedad. Sin embargo, más allá de las cifras económicas, el desafío real radica en los sistemas y entornos que no están diseñados para apoyar una vida saludable para todos.La doctora Ileana Chiari, directora médica de Novo Nordisk CLAT, resalta que el acceso a alimentos saludables, la infraestructura para la actividad física y la falta de políticas públicas adecuadas son factores clave que contribuyen al aumento de la obesidad. «No podemos seguir viendo la obesidad como un problema individual», señala. Se necesita un enfoque integral que considere tanto las soluciones médicas como los cambios estructurales necesarios en la sociedad.https://resources.diariolibre.com/images/2025/03/04/obesidad-otra-f5e67706.jpgRepensando el diagnóstico de la obesidadTradicionalmente, el diagnóstico de la obesidad se ha centrado en el Índice de Masa Corporal (IMC), que mide la relación entre peso y altura. Sin embargo, este método no tiene en cuenta la distribución de la grasa corporal ni el impacto que esta tiene en la salud general. La ciencia médica ha avanzado y el enfoque diagnóstico se ha actualizado.La European Association for the Study of Obesity (EASO) ha propuesto el Modelo de Enfermedad Crónica Adiposa (ABCD, por sus siglas en inglés). Este modelo ofrece un enfoque más detallado para evaluar la obesidad, considerando tres componentes clave: Componente antropométrico: en lugar de centrarse solo en el IMC, se mide la distribución de la grasa corporal, utilizando la relación cintura-altura. Este indicador es crucial para predecir el riesgo de enfermedades cardiometabólicas. Componente clínico: se analiza cómo el exceso de grasa afecta órganos vitales y sistemas del cuerpo, proporcionando un panorama más completo de los riesgos para la salud. Inclusión de personas con IMC inferior: el modelo reconoce que las personas con un IMC de 25-30 kg/m², considerado sobrepeso, y un aumento de grasa abdominal también corren riesgos significativos de enfermedades relacionadas con la obesidad. Según este modelo, la obesidad debe ser diagnosticada con un enfoque más completo que incluya valoraciones físicas, funcionales y psicológicas, lo que permitirá que los tratamientos sean más personalizados y efectivos.Obesidad: más allá de la grasaUn artículo publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology también propone un cambio fundamental en la forma en que entendemos la obesidad. Esta publicación resalta que la obesidad no es simplemente un exceso de grasa, sino una enfermedad crónica que afecta diversos órganos y sistemas, lo que conlleva riesgos como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 e insuficiencia renal.En este sentido, se propone una nueva clasificación de la obesidad en dos categorías: Obesidad preclínica: exceso de grasa sin manifestaciones evidentes en la salud, pero con riesgo de desarrollar otras enfermedades. Obesidad clínica: el exceso de grasa interfiere con la función de los órganos y genera problemas metabólicos, cardiovasculares y limitaciones físicas.La doctora Chiari enfatiza que la obesidad es una enfermedad crónica y progresiva que requiere un manejo médico adecuado. «Con las herramientas adecuadas para un diagnóstico preciso y un acceso oportuno al tratamiento integral, podemos mejorar la calidad de vida de quienes la padecen y reducir los riesgos asociados a esta enfermedad», concluye. Te puede interesar La obesidad llegará a afectar a 1,130 millones de adultos en 2030, según un informe  Revista

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