Bienestar
Porqué no debes idealizar a alguien y seis formas para evitar hacerlo
Hasta cierto punto, idealizar es parte del crecimiento. Por ejemplo, la noche del viernes cuando pides cena a domicilio y ves una película, o la admiración que sientes, pase lo que pase, por un hermano o amigo. Sin embargo, para algunas personas, la idealización es un hábito psicológico con consecuencias reales para la salud mental. ¿Qué es idealizar ? Se trata de un proceso mental en el que una persona exagera las cualidades positivas y minimiza las imperfecciones en sí misma o en los demás. Tal como anuncia la psicóloga Lidia Asensi, consiste en considerarlo como un modelo de perfección, engrandeciendo sus virtudes y no teniendo en cuenta aquellas cualidades no tan buenas del otro. Por tanto, generando una imagen que está alejada de la realidad.A la pregunta de si es bueno o malo hacer esto, la respuesta es, como en todo, en su justa medida. Lidia Asensi comenta que idealizar tiene que ver con lo que esa persona significa para nosotros, con el tipo de relación que se tiene o incluso el tipo de relación que se quiere construir con ella. Está relacionado, además, con la idea de sentir que hay personas a las que nunca tendremos acceso o conoceremos. «La propia necesidad de querer encajar con determinadas personas o grupos también nos lleva a idealizar. La base principal es, desde dónde nos estamos colocando nosotros y qué hay en la otra persona que nos hace verle así», indica.Por qué es mejor no idealizarNo es fácil identificar qué es aquello que sueles idealizar. De hecho, puede que no lo hagas nunca pero, por si acaso, debemos saber que no es buena idea por diversos motivos. La idealización hacia una persona muchas veces viene de nuestras propias carencias o malestar, como la baja autoestima, la exigencia y perfeccionismo con nosotros mismos en los que hay un sentimiento de insuficiencia o por determinadas vivencias del pasado.«Si idealizamos desde nuestra propia carencia, nos colocaremos en inferioridad con respecto al otro. Si idealizamos desde la admiración y desde un igual a igual en la relación, esta persona podrá servirnos de inspiración y de apoyo, siendo incluso esa persona un modelo a seguir en ciertas cosas que nosotros queremos conseguir», comenta la psicóloga.En la idealización desde la carencia , el objetivo no parece que esa persona sea un modelo a seguir, que nos da calma y seguridad, si no más bien nos machacamos porque nosotros no somos como esa persona y por tanto tenemos miedo de que nos rechace y abandone. «Cuando idealizamos al otro, le estamos colocando en un lugar lleno de exigencias y expectativas, en un lugar en el que si no hace lo que esperamos puede generarse una decepción para nosotros», afirma Lidia Asensi.Noticia Relacionada Abuso emocional encubierto estandar Si Ley del hielo: así afecta esta táctica de manipulación psicológica Raquel Alcolea La psicóloga Belén Colomina explica cómo funciona esta táctica de manipulación en la que una persona castiga a otra con un silencio tenso y prolongado en el tiempoLo que pasa cuando idealizamosSi nosotros nos colocamos por debajo de otra persona, esto tiene como consecuencia que no vamos a establecer una relación sana con esa persona. Estaremos en una relación desigual. Otra consecuencia de la idealización es la comparación que realizaremos entre nosotros con la persona a la que idealizamos. «Estaremos en un lugar de minusvaloración propia. Y valoraremos y engrandeceremos todo aquello que el otro hace, dice o piensa», dice la experta.La idealización nos coloca en un lugar de desvalorización e incluso sumisión. Sentiremos que nosotros no sabemos tanto como esa persona y que por tanto es mejor no decir nada o no opinar, para así agradar a la otra persona. Por tanto, esta conducta nos va alejar de poner límites al otro y nos llevara a permitir conductas que quizás nos estén generando malestar por parte de la persona a la que estamos idealizando.Otra de las consecuencias generada por la idealización es que sentiremos miedo a perder a esa persona que idealizamos, por tanto, esto nos llevará a cuidar en extremo y a exigirnos ser perfectos, pudiendo caer en relaciones de dependencia. Es muy importante tener en cuenta que idealizar a las otras personas nos aleja de nosotros mismos y nuestras necesidades.La psicóloga advierte además del cuidado que hay que tener con la idealización ya que muchas veces podemos agarrarnos a ella como un mecanismo de defensa, el cual no nos permitirá darnos cuenta de la realidad, ya que si nos damos cuenta quizás no podamos sostenerlo emocionalmente.Noticias relacionadas estandar No María Esclapez, psicóloga «Hay personas a las que les pasa algo bueno y lo boicotean por miedo a perderlo» Raquel Alcolea estandar No «Le tengo manía»: qué significa cuando empiezas a encontrar defectos constantemente a alguien Melissa GonzálezDeja ya de idealizarEl primer paso para dejar de idealizar es ser consciente y reconocer cuándo lo estamos haciendo.- Aceptar las imperfecciones, propias y de los demás.- Aprender a establecer limites . Priorizando nuestras necesidades y bienestar. Dejando de complacer y estar pendientes de las necesidades de la persona a la que idealizamos.- Centrarnos en nosotros mismos . Cuando ponemos el foco en lo externo, nos perdemos con respecto a nosotros mismos. Es importante centrarnos en lo interno, en nosotros mismos, y focalizar todo nuestro esfuerzo y energía en aquello que queremos crear y mejorar para nuestra propia vida.- Cuidado con las redes sociales . Es uno de los lugares donde más tendemos a idealizar a las personas, sus vidas, lo que hacen y lo que consiguen.- Tener en cuenta que que alguien consiga o haga algo, no nos coloca a nosotros en un lugar peor . Podemos estar orgullosos de esa persona, pero que lo que haya logrado no se convierta en algo que habla de nuestra valía o capacidad.No obstante, no siempre la idealización es negativa. El medidor para considerar si esa idealización nos afecta emocionalmente o no, es observando desde qué lugar estamos formando esa idealización. No es lo mismo idealizar desde nuestras carencias que hacerlo desde la admiración por algo que nuestra persona querida ha logrado.
Hasta cierto punto, idealizar es parte del crecimiento. Por ejemplo, la noche del viernes cuando pides cena a domicilio y ves una película, o la admiración que sientes, pase lo que pase, por un hermano o amigo. Sin embargo, para algunas personas, la idealización es un hábito psicológico con consecuencias reales para la salud mental. ¿Qué es idealizar ? Se trata de un proceso mental en el que una persona exagera las cualidades positivas y minimiza las imperfecciones en sí misma o en los demás. Tal como anuncia la psicóloga Lidia Asensi, consiste en considerarlo como un modelo de perfección, engrandeciendo sus virtudes y no teniendo en cuenta aquellas cualidades no tan buenas del otro. Por tanto, generando una imagen que está alejada de la realidad.A la pregunta de si es bueno o malo hacer esto, la respuesta es, como en todo, en su justa medida. Lidia Asensi comenta que idealizar tiene que ver con lo que esa persona significa para nosotros, con el tipo de relación que se tiene o incluso el tipo de relación que se quiere construir con ella. Está relacionado, además, con la idea de sentir que hay personas a las que nunca tendremos acceso o conoceremos. «La propia necesidad de querer encajar con determinadas personas o grupos también nos lleva a idealizar. La base principal es, desde dónde nos estamos colocando nosotros y qué hay en la otra persona que nos hace verle así», indica.Por qué es mejor no idealizarNo es fácil identificar qué es aquello que sueles idealizar. De hecho, puede que no lo hagas nunca pero, por si acaso, debemos saber que no es buena idea por diversos motivos. La idealización hacia una persona muchas veces viene de nuestras propias carencias o malestar, como la baja autoestima, la exigencia y perfeccionismo con nosotros mismos en los que hay un sentimiento de insuficiencia o por determinadas vivencias del pasado.«Si idealizamos desde nuestra propia carencia, nos colocaremos en inferioridad con respecto al otro. Si idealizamos desde la admiración y desde un igual a igual en la relación, esta persona podrá servirnos de inspiración y de apoyo, siendo incluso esa persona un modelo a seguir en ciertas cosas que nosotros queremos conseguir», comenta la psicóloga.En la idealización desde la carencia , el objetivo no parece que esa persona sea un modelo a seguir, que nos da calma y seguridad, si no más bien nos machacamos porque nosotros no somos como esa persona y por tanto tenemos miedo de que nos rechace y abandone. «Cuando idealizamos al otro, le estamos colocando en un lugar lleno de exigencias y expectativas, en un lugar en el que si no hace lo que esperamos puede generarse una decepción para nosotros», afirma Lidia Asensi.Noticia Relacionada Abuso emocional encubierto estandar Si Ley del hielo: así afecta esta táctica de manipulación psicológica Raquel Alcolea La psicóloga Belén Colomina explica cómo funciona esta táctica de manipulación en la que una persona castiga a otra con un silencio tenso y prolongado en el tiempoLo que pasa cuando idealizamosSi nosotros nos colocamos por debajo de otra persona, esto tiene como consecuencia que no vamos a establecer una relación sana con esa persona. Estaremos en una relación desigual. Otra consecuencia de la idealización es la comparación que realizaremos entre nosotros con la persona a la que idealizamos. «Estaremos en un lugar de minusvaloración propia. Y valoraremos y engrandeceremos todo aquello que el otro hace, dice o piensa», dice la experta.La idealización nos coloca en un lugar de desvalorización e incluso sumisión. Sentiremos que nosotros no sabemos tanto como esa persona y que por tanto es mejor no decir nada o no opinar, para así agradar a la otra persona. Por tanto, esta conducta nos va alejar de poner límites al otro y nos llevara a permitir conductas que quizás nos estén generando malestar por parte de la persona a la que estamos idealizando.Otra de las consecuencias generada por la idealización es que sentiremos miedo a perder a esa persona que idealizamos, por tanto, esto nos llevará a cuidar en extremo y a exigirnos ser perfectos, pudiendo caer en relaciones de dependencia. Es muy importante tener en cuenta que idealizar a las otras personas nos aleja de nosotros mismos y nuestras necesidades.La psicóloga advierte además del cuidado que hay que tener con la idealización ya que muchas veces podemos agarrarnos a ella como un mecanismo de defensa, el cual no nos permitirá darnos cuenta de la realidad, ya que si nos damos cuenta quizás no podamos sostenerlo emocionalmente.Noticias relacionadas estandar No María Esclapez, psicóloga «Hay personas a las que les pasa algo bueno y lo boicotean por miedo a perderlo» Raquel Alcolea estandar No «Le tengo manía»: qué significa cuando empiezas a encontrar defectos constantemente a alguien Melissa GonzálezDeja ya de idealizarEl primer paso para dejar de idealizar es ser consciente y reconocer cuándo lo estamos haciendo.- Aceptar las imperfecciones, propias y de los demás.- Aprender a establecer limites . Priorizando nuestras necesidades y bienestar. Dejando de complacer y estar pendientes de las necesidades de la persona a la que idealizamos.- Centrarnos en nosotros mismos . Cuando ponemos el foco en lo externo, nos perdemos con respecto a nosotros mismos. Es importante centrarnos en lo interno, en nosotros mismos, y focalizar todo nuestro esfuerzo y energía en aquello que queremos crear y mejorar para nuestra propia vida.- Cuidado con las redes sociales . Es uno de los lugares donde más tendemos a idealizar a las personas, sus vidas, lo que hacen y lo que consiguen.- Tener en cuenta que que alguien consiga o haga algo, no nos coloca a nosotros en un lugar peor . Podemos estar orgullosos de esa persona, pero que lo que haya logrado no se convierta en algo que habla de nuestra valía o capacidad.No obstante, no siempre la idealización es negativa. El medidor para considerar si esa idealización nos afecta emocionalmente o no, es observando desde qué lugar estamos formando esa idealización. No es lo mismo idealizar desde nuestras carencias que hacerlo desde la admiración por algo que nuestra persona querida ha logrado.