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Funcionamiento de los Trinitarios en Massachusetts
Edición USA, Actualidad, Diario Libre USA, Santo Domingo, Asesinatos, Investigación, Pandilla, Los Trinitarios, Cargos federales Las autoridades de Massachusetts presentaron ayer cargos federales contra 22 hombres, incluidos dos menores de edad, a los que señalan como líderes, miembros o asociados a la banda transnacional de origen dominicano, los Trinitarios, que por años ha intimidado a las pandillas rivales y establecido control sobre ciertos vecindarios a través de actos violentos. La acusación señala que las rivalidades fueron provocadas por enemistad personal, falta de respeto entre los miembros de otras pandillas, la competencia por el territorio de las drogas y los clientes, pero en los últimos años ha escalado a niveles mortales, involucrándose en múltiples asesinatos. La justicia del estado acusa a los Trinitarios de Massachusetts de haber cometido al menos 10 homicidios en el condado de Essex durante la última década y se cree que son responsables de numerosos intentos de asesinato, tiroteos, secuestros y robos. La investigación multijurisdiccional, iniciada a raíz de una serie de asesinatos en Lynn en 2023, también arrojó detalles sobre el funcionamiento de la banda, a la que calificó como «organización criminal jerárquica», que asigna cargos a su miembros a nivel estatal y local, y cuyos miembros deben respetar «un código de conducta». RELACIONADAS Actualidad Trinitarios acusados de asesinatos en Massachusetts reclutaban estudiantes dominicanos en escuelas Actualidad EEUU acusa a 22 pandilleros de los Trinitarios vinculados a seis asesinatos en Massachusetts La jerarquía de los Trinitarios El líder de los Trinitarios de Massachusetts es conocido como «Supremo Estatal» y era responsable de la totalidad de las actividades criminales de la pandilla, la coordinación con otros líderes estatales y la comunicación con los líderes de los Trinitarios aquí en el país, según los documentos judiciales del estado. Los fiscales identifican a Enmanuel Paula Cabral, también conocido bajo los apodos «Nelfew»,»Gordo» y «Manny», de 33 años, como el líder «Estatal Supremo» de la organización. Paula Cabral está acusado de conspiración de crimen organizado en relación con seis asesinatos y 11 intentos de asesinatos.Las autoridades agregan que Paula Cabral también es responsable de los capítulos o ramas de los Trinitarios de Manchester, Nueva Hampshire y en Maine, este último opera un «lucrativo negocios de drogas», agregan la acusación. Detrás del «Supremo Estatal», está el segundo miembros con más poder en la organización criminal, según los hallazgos de los investigadores de Massachusetts. A la persona que ocupa esta posición se le conoce como «Bandera» o «Segundo», las autoridades no detallan sus funciones, pero señala a Ery Jordani Rosario, también conocido como «Racacha», como el resposanble de la posición en Massachusetts. Los fiscales de Massachusetts agregan que cada «Capítulo» individual, presuntamente, también cuenta con un «Gabinete» de líderes, los cuales son los responsables de reclutar a nuevos miembros, proporcionar disciplina a los miembros en violación de las directivas de la organización y recaudar dinero en una cuenta comunal utilizada para apoyar operaciones ilegales. Los fondos recolectados también es utilizado para ayudar a los miembros encarcelados y sus familias, resaltan los investigadores. La «Carta Megna» y la bendiciónLos investigadores alegan que los Trinitarios están regidos por una «Carta Magna», la cual «define la estructura y las reglas de la organización, así como lemas, símbolos, colores y prácticas».Agregan, que estos estatutos incluyen un «logotipo verde que consta de dos machetes cruzados y adornos de ‘La Nación Verde’ y ‘Trinitarios Hasta La Muerte'», que representa a los Trinitarios de Massachusetts al punto de crear camisetas personalizadas con el mismo, incluyendo el nombre de cada miembro de la pandilla en verde. Los nuevos reclutas Los investigadores descubrieron que los Trinitarios acudían a las escuelas secundarias en Lawrence y Lynn para reclutar a nuevos miembros dentro de la misma comunidad dominicana sin importar su estatus, de quienes se ganaban el favor con el uso del idioma, la cultura y el patriotismo, y utilizaban como cebo su apariencia de prosperidad y hermandad.Los reclutas, según los investigadores, eran admitidos en la pandilla después de completar una «misión», que generalmente es un acto sustancial de violencia, como tiroteos, palizas o peleas a puñetazos con miembros de pandillas rivales que tenían la misma edad o estatura. Agregan que tras la inducción, «los nuevos miembros son formalmente «bendecidos» en la organización durante una ceremonia formal», en la que se les administran «juramentos por el Tribunal Supremo del Estado y se les otorgan collares ceremoniales de cuentas».Explican que los miembros más jóvenes de la organización se les asignan «funciones menores: durante las misiones violentas, estas incluyen vigilar durante un tiroteo, sostener u ocultar armas en nombre de los miembros y transportar armas después de su uso.Promoción en la internetLos documentos judiciales señalan que los Trinitarios «se esfuerzan por proyectar poder a través de Internet y las redes sociales». De manera concreta, los Trinitarios presuntamente producen música y videos musicales en los que los miembros visten los colores y la ropa de la organización sosteniendo armas, dinero en efectivo y otros artículos. Las letras se jactan de la violencia, las drogas y otros esfuerzos criminales como advertencias y amenazas a otras pandillas rivales, agregan los investigadores. Los 22 acusados enfrentan una sentencia de hasta cadena perpetua, cinco años de libertad supervisada y una multa de hasta 250,000 dólares por el cargo de conspiración de crimen organizado, mientras que el cargo de conspiración para interferir con el comercio mediante robo prevé una sentencia de hasta 20 años de prisión, tres años de libertad supervisada y una multa de hasta 250,000 dólares. La banda de los Trinitarios se originó entre 1989 y 1992 en la violenta prisión de Rikers Island, donde los presos de origen dominicano se unieron para protegerse de los ataques de otros reclusos. La banda de prisioneros sobrepasó los muros de la cárcel y, una vez en libertad, los miembros la convirtieron en una organización criminal con presencia en cinco distritos de Nueva York, cuyos tentáculos llegaron a países como España, Reino Unido y, por supuesto, República Dominicana.
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