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Hemos tenido que observar 4.000 supernovas para darnos cuenta de que algo no cuadra con las explosiones de las enanas blancas
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Hace aproximadamente un siglo nos dimos cuenta de que el universo no era estático sino que se extendía. Algunas teorías estiman incluso que lo hace a velocidades cada vez mayores, pero medir esta velocidad se ha convertido en un quebradero de cabeza mayúsculo, tanto como explicar los mecanismos que subyacen en esta inflación cósmica.
Pero quizás le estemos dando demasiadas vueltas al asunto.
No tan predecibles. Un estudio ha observado que las supernovas asociadas a las estrellas enanas blancas no son tan predecibles como hasta ahora creíamos. El estudio nos presenta con un problema, y es que el papel de estas explosiones como marcadores de la distancia cósmica se tambalea ahora.
Hitos kilométricos estelares. Los objetos y eventos cósmicos regulares y predecibles son de gran ayuda para los astrónomos a la hora de analizar un cosmos vasto y diverso. Saber con qué intensidad brilla un objeto o un evento lejano nos abre la vía a calcular con precisión su distancia basándonos solo en la intensidad con la que brilla en nuestro firmamento.
Es por eso que estas supernovas nos habían resultado útiles para calcular distancias y con ello los cambios en la distancia a lo largo del tiempo, es decir la velocidad. La velocidad a la que los objetos del cosmos se alejan entre sí.
Explosiones de lo más variado. El nuevo estudio ha revelado que las supernovas asociadas a las enanas blancas no están en este grupo de eventos cósmicos regulares como creíamos. A través de sus observaciones, el equipo constató “múltiples y exóticas maneras” en las que las enanas blancas podían explotar. Estas incluían las colisiones entre dos estrellas y el canibalismo estelar en los sistemas binarios.
“La diversidad de formas en las que las enanas blancas pueden estallar es mucho mayor de lo que antes se creía, lo que resulta en explosiones que abarcan desde las tan tenues que apenas son visibles a otras que son tan luminosas que pueden verse durante muchos meses y hasta años despues”´, señalaba en una nota de prensa Kate Maguire, coautora del estudio.
4.000 supernovas. El hallazgo fue posible gracias al uso de herramientas capaces de detectar señales muy tenues y a la acumulación de una gran cantidad de datos para la muestra. El equipo recurrió a los datos del sondeo ZTF (Zwicky Transient Facility), a partir del cual obtuvieron información de un total de 4.000 supernovas, una muestra, explican, mucho mayor que las compiladas anteriormente.
“Gracias a la capacidad única de ZTF para escanear el cielo rápida y profundamente, ha sido posible descubrir nuevas explosiones de estrellas hasta un millón de veces más tenues que las estrellas más tenues visibles al ojo desnudo”, añadía Maguire.
Los detalles del estudio fueron publicados recientemente en un número especial en la revista Astronomy & Astrophysics.
La energía oscura. El hallazgo supone a la vez un problema y es que si perdemos una de las herramientas utilizadas para calcular la distancias en el cosmos. A pesar de ello es una gran noticia ya que saber que los estallidos de las enanas blancas son más diversos de lo que creíamos evitará que caigamos en errores de cálculo a la hora de medir la distancia a la que se encuentran estos elementos y la velocidad a la que se alejan de nosotros.
En Xataka | Lo que los astrónomos creían iba a ser una aburridísima supernova ha desvelado un enigma del polvo galáctico
Imagen | Trinity College Dublin
–
La noticia
Hemos tenido que observar 4.000 supernovas para darnos cuenta de que algo no cuadra con las explosiones de las enanas blancas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Pablo Martínez-Juarez
.
Hace aproximadamente un siglo nos dimos cuenta de que el universo no era estático sino que se extendía. Algunas teorías estiman incluso que lo hace a velocidades cada vez mayores, pero medir esta velocidad se ha convertido en un quebradero de cabeza mayúsculo, tanto como explicar los mecanismos que subyacen en esta inflación cósmica.
Pero quizás le estemos dando demasiadas vueltas al asunto.
No tan predecibles. Un estudio ha observado que las supernovas asociadas a las estrellas enanas blancas no son tan predecibles como hasta ahora creíamos. El estudio nos presenta con un problema, y es que el papel de estas explosiones como marcadores de la distancia cósmica se tambalea ahora.
Hitos kilométricos estelares. Los objetos y eventos cósmicos regulares y predecibles son de gran ayuda para los astrónomos a la hora de analizar un cosmos vasto y diverso. Saber con qué intensidad brilla un objeto o un evento lejano nos abre la vía a calcular con precisión su distancia basándonos solo en la intensidad con la que brilla en nuestro firmamento.
Es por eso que estas supernovas nos habían resultado útiles para calcular distancias y con ello los cambios en la distancia a lo largo del tiempo, es decir la velocidad. La velocidad a la que los objetos del cosmos se alejan entre sí.
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“La diversidad de formas en las que las enanas blancas pueden estallar es mucho mayor de lo que antes se creía, lo que resulta en explosiones que abarcan desde las tan tenues que apenas son visibles a otras que son tan luminosas que pueden verse durante muchos meses y hasta años despues”´, señalaba en una nota de prensa Kate Maguire, coautora del estudio.
4.000 supernovas. El hallazgo fue posible gracias al uso de herramientas capaces de detectar señales muy tenues y a la acumulación de una gran cantidad de datos para la muestra. El equipo recurrió a los datos del sondeo ZTF (Zwicky Transient Facility), a partir del cual obtuvieron información de un total de 4.000 supernovas, una muestra, explican, mucho mayor que las compiladas anteriormente.
“Gracias a la capacidad única de ZTF para escanear el cielo rápida y profundamente, ha sido posible descubrir nuevas explosiones de estrellas hasta un millón de veces más tenues que las estrellas más tenues visibles al ojo desnudo”, añadía Maguire.
Los detalles del estudio fueron publicados recientemente en un número especial en la revista Astronomy & Astrophysics.
La energía oscura. El hallazgo supone a la vez un problema y es que si perdemos una de las herramientas utilizadas para calcular la distancias en el cosmos. A pesar de ello es una gran noticia ya que saber que los estallidos de las enanas blancas son más diversos de lo que creíamos evitará que caigamos en errores de cálculo a la hora de medir la distancia a la que se encuentran estos elementos y la velocidad a la que se alejan de nosotros.
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Hemos tenido que observar 4.000 supernovas para darnos cuenta de que algo no cuadra con las explosiones de las enanas blancas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Pablo Martínez-Juarez
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