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El truco definitivo para mantener el guacamole verde y que no se oxide
El aguacate es una de las frutas de moda del momento. Hace unos años se popularizó su uso y consumo y desde entonces podemos encontrarlo en un sinfín de recetas. La más famosa es el guacamole, una salsa elaborada a partir de esta fruta verde y que es perfecta para mojar unos nachos o patatas en una reunión de amigos.
Hacer guacamole es muy sencillo, solo requiere de unos pocos ingredientes y no te llevará mucho tiempo, el problema lo encontramos a la hora de conservarlo. Cuando termina la cena o fiesta, si ha sobrado esta deliciosa salsa, queremos guardarla, pero lamentablemente siempre acaba adquiriendo un tono marrón muy poco apetecible.
Por qué se oxida el aguacate
Esto se debe a la oxidación, algo que ocurre cuando las enzimas de la pulpa del aguacate reacciona al oxígeno, cuanto más tiempo estén en contacto con el aire, más se oscurecerá. Estas encimas reciben el nombre de polifenol, y la mezcla de estas con el oxígeno crea una combinación que daña la pulpa convirtiéndola en marrón.
Es importante tener en cuenta que la parte marrón de un aguacate o la capa de este color que se crea en el guacamole es totalmente segura y que puedes comerla sin preocuparte. Sin embargo, es cierto que estropea el color verde intenso y apetecible que tiene este plato de forma natural.
El truco para evitar que se oxide
No obstante, existe un truco que muy pocas personas conocen y que consigue evitar que el guacamole se oxide y se mantenga como recién hecho hasta tres días después. Se trata de una técnica que funciona a la perfección y con la que podrás guardar las sobras de tu comida sin problema para consumirlas al día siguiente con un tono verde reluciente.
Basta con cubrir el guacamole con una capa de agua de un dedo aproximadamente. Este alimento es muy denso, por lo que el agua se quedará en la superficie sin mezclarse. De esta manera, se crea una barrera que impide que el oxígeno provoque esa oxidación en el aguacate y mantenga el color verde.
Una vez colocada el agua, cerramos el recipiente y lo llevamos a la nevera durante unos tres días, que es el periodo de vida útil estimado. Cuando queramos consumirlo, quitamos la tapa y tiramos el agua. Veremos que se ha quedado de un tono marrón, pero es lo normal. Secamos un poco con papel absorbente y removemos hasta que se mezcle bien y listo para disfrutar de nuevo.
Con este consejo evitarás que la superficie adquiera ese color marrón poco atractivo y que nos hace tirarlo a la basura. Recetas
