Entretenimiento
Santa Heredia y el Día Mundial del Enfermo
Cuando hablamos de una persona enferma podemos estar refiriéndonos a alguien que atraviesa un proceso viral o bien padece una enfermedad crónica o incurable, una condición que puede afectarle psicológicamente incluso porque le ha cambiado su escenario, su rutina, en fin, su vida.
Existen enfermedades que nos pueden debilitar físicamente o incapacitarnos por completo convirtiéndonos en dependiente de otros para valernos. Tengan cura o no, el enfermo que padezca una condición que lo limite, requerirá de asistencia, una ayuda, un soporte, o un cuidador, sea o no familiar.
Por su formación académica y su voluntad de ponerse al servicio del otro, del prójimo, de ayudarlo y acompañarlo en su padecimiento, las enfermeras y enfermeros son idóneos para tratar o cuidar enfermos o personas con discapacidad.
Son los indicados para cuidar de su dignidad y procurar que no sientan que su enfermedad los anula como persona.
Los enfermeros no solo requieren de una formación académica, también deben poseer ciertas cualidades y habilidades que los acrediten para tales labores procurando siempre la excelencia. Cuidar de un enfermo va mucho más allá.
Para conocer más sobre esta profesión, hemos entrevistado a Santa Heredia, enfermera egresada de la universidad Eugenio María de Hostos, quien lleva siete años dedicada a este oficio con la dedicación y devoción que corresponde.
¿Qué cualidades debe tener la persona que cuida a un enfermo o una persona con limitaciones de cualquier tipo?
Un cuidador o cuidadora, ya sea de personas mayores, enfermos, incapacitados, e incluso de niños, necesitan habilidades, conocimientos y cualidades personales que lo definan y lo califiquen para tan importante labor.
Entender de primeros auxilios, administración de medicamentos y saber cómo ayudar a alguien cómo moverse sin causar daño a esa persona o lastimarse a uno mismo.
Además, debe saber ayudar con la higiene, la alimentación y otras necesidades diarias, así como gestionar horarios de medicamentos, citas médicas, rutinas diarias, conocer de dietas especiales y cómo preparar comidas adecuadas, pero también saber escuchar y hablar con paciencia y empatía, es decir, ponerse en el lugar de esa persona.
¿Cómo calificas tu oficio?
Es un trabajo que no siempre será fácil, dependerá, en algunos casos, de la discapacidad de la persona, que puede tener movimientos y acciones involuntarias. Siempre hay que mantener la calma y empatía para brindarle el mejor apoyo a esa persona y a sus familiares, que tanto lo necesitan.
¿Qué otras cualidades deben caracterizar a un buen cuidador o enfermero?
Un buen cuidador tiene que ser muy puntual y responsable, ya que esa persona depende totalmente de uno para que no se interrumpa su horario de medicación ni se quede solo en ningún momento.
¿Qué recomiendas para evitar que un enfermo o persona limitada físicamente caiga presa de la depresión?
Para ayudar a un enfermo con su estado anímico y evitar que caiga en depresión es muy importante el apoyo y la comunicación de su familia, de sus amigos, que lo visiten con frecuencia, que lo hagan sentir que es importante para su familia, para sus amigos y para quienes le rodean.
Fomentar espacios donde se pueda escuchar sin juzgarlo. No minimizar su sufrimiento en ningún momento, mantener una rutina diaria de actividades según sus capacidades.
Se puede implementar la lectura, las manualidades, escuchar música… siempre y cuando el enfermo esté en capacidad de hacerlo y es posible también que se le permita tomar decisiones sobre lo que desea y lo que no desea; ofrecerle terapias psicológicas, si las necesita, y que pertenezca a grupos de apoyo donde haya personas que padezcan enfermedades similares.
Lo que más necesitan es apoyo, principalmente de la familia y conocidos.
Es importante que en ningún momento se sientan solos y procurar que interactúen con personas de acuerdo con su estado anímico y emocional.
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