Newey habla de la clave los títulos de Red Bull y Vettel de 2010 a 2013

Lagunas e innovaciones: así es el mundo del diseñador más reconocido de la F1, Adrian Newey. El británico está considerado un auténtico genio del diseño y ya ha sorteado muchos reglamentos para darle una ventaja a sus equipos. Y encontrar más soluciones es lo que sigue motivándole.Para Newey, es una gran satisfacción cuando encuentra cosas que otros no. Pero, ¿cuál es la idea que …Sigue leyendo

​Lagunas e innovaciones: así es el mundo del diseñador más reconocido de la F1, Adrian Newey. El británico está considerado un auténtico genio del diseño y ya ha sorteado muchos reglamentos para darle una ventaja a sus equipos. Y encontrar más soluciones es lo que sigue motivándole.Para Newey, es una gran satisfacción cuando encuentra cosas que otros no. Pero, ¿cuál es la idea que …Sigue leyendo   

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Lagunas e innovaciones: así es el mundo del diseñador más reconocido de la F1, Adrian Newey. El británico está considerado un auténtico genio del diseño y ya ha sorteado muchos reglamentos para darle una ventaja a sus equipos. Y encontrar más soluciones es lo que sigue motivándole.

Para Newey, es una gran satisfacción cuando encuentra cosas que otros no. Pero, ¿cuál es la idea que más satisfacción le ha dado hasta ahora? «Si tuviera que elegir una cosa, probablemente sería encontrar la forma de volver a utilizar correctamente el efecto del escape», dijo a AMuS.

El llamado difusor soplado apareció en los años 80 y se convirtió en una gran herramienta aerodinámica. «Pero los sistemas de escape que se ven desde abajo se prohibieron tras Imola 1994», recuerda Newey.

«En el McLaren del 2000, encontramos una forma de reintroducir el difusor soplado ocultándolo junto a la caja de cambios pero por encima de la plancha», explica. «Pero esta laguna se cerró luego, claro».

Pero con Red Bull, unos años más tarde, el diseñador encontró otra solución «en el que teníamos el escape en el lado de la región del cuello de botella, pero soplaba a través de una ranura en el difusor, entonces era un doble difusor. Y resultó bastante eficaz», afirma.

Pero cuando se prohibió el doble difusor en 2011, Newey tuvo que volver a idear algo nuevo. «Redescubrimos su potencia, porque realmente no quería perder eso», dice el diseñador.

Sebastian Vettel se proclamó campeón del mundo con el RB7 en 2011

Foto: LAT

Newey quería encontrar la manera de que el aire turbulento de los neumáticos delanteros y del alerón delantero llegara lo menos posible al difusor, ya que esto perjudica al rendimiento.

«Pensamos que si poníamos el escape justo por delante y conseguíamos que soplara ligeramente hacia abajo, entonces podríamos utilizarlo para detener ese aire, y eso es exactamente lo que hizo el coche de 2011, el RB7. Tenía estos bates de cricket justo delante de los neumáticos y era increíblemente efectivo».

«Pero luego, por supuesto, eso fue prohibido de nuevo en 2012. Sigue y sigue, los creadores de las reglas no querían que exprimiésemos el difusor. Primero en el 2000, luego en el 2010, luego en el 2011», dice.

A partir de entonces, el escape tenía que soplar hacia arriba «y Red Bull tuvo problemas con eso», admite el diseñador. En su lugar, se adoptó un nuevo enfoque, que fue implementado principalmente por McLaren. El efecto Coanda desempeñó un papel clave entonces.

Según ese efecto, las corrientes de aire tienden a adherirse a una superficie convexa y a desplazarse con ella, en lugar de hacerlo en línea recta. Eso significaba que el flujo de aire podía ser forzado básicamente a moverse hacia abajo de nuevo en forma de U.

«Red Bull básicamente copió el conducto de McLaren y lo llevó hasta los neumáticos traseros», explica Newey. Sin embargo, el equipo tuvo que sortear algunas lagunas en el reglamento para que el diseño funcionara: «Pero, de nuevo, fue bastante potente una vez que conseguimos que funcionara».

«Y esa fue la clave de los cuatro títulos que ganó Red Bull de 2010 a 2013«, añade. «Por supuesto, había muchas otras cosas detrás, pero lo más importante fue que encontramos la forma de soplar en el difusor durante los cuatro años».