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Semana de la Moda de Nueva York regresa en incertidumbre económica

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La Semana de la Moda de Nueva York (NYFW) regresa este jueves con más de 50 desfiles en su calendario oficial hasta el 11 de febrero, y un cúmulo de eventos que esperan atraer a celebridades, ‘influencers’ y aficionados en un momento de incertidumbre económica para el sector.

La NYFW, que desde hace años se centra en la moda ‘made in USA’, acogerá a marcas veteranas como Michael Kors, Carolina Herrera o Calvin Klein, esta última inmersa en una nueva etapa creativa tras un lustro alejada de las pasarelas, y otras emergentes como Campillo, Elena Velez y Luar.

Este jueves se presentan ya una quincena de firmas, encabezadas por diseñadores favoritos en las alfombras rojas, como Brandon Maxwell, Christian Sirian y Christopher John Rogers.

La Gran Manzana acoge también pasarelas alternativas como la de la Federación de Modistos Latinos (FDLA) o el Harlem Row, enfocada en el talento afroamericano, así como eventos de todo tipo para el público general; en total, el impacto económico ronda los 600 millones de dólares anuales.

Esta edición de febrero, no obstante, llega en una coyuntura económica complicada, pues a los retos que ya sufría el sector en la edición de septiembre, como la deslocalización de la producción, la competencia global y la inflación, ahora se suman los riesgos de una guerra comercial.

Según la Asociación de la industria de la moda de EE.UU. (USFIA), cerca del 98 % de la ropa que se consume en el país es importada, sobre todo de Asia y en concreto de China, y el reciente cruce de aranceles con este socio comercial ha sembrado la preocupación.

El pasado lunes, el diseñador Marc Jacobs quiso combatir la sensación de desánimo con un desfile parecido a un espectáculo teatral, con prendas de siluetas exageradas, que tituló ‘Coraje’ y acompañado de un alegato escrito en el que aludía a no sucumbir al «miedo», disfrutar la «libertad» para ser vulnerables y «afrontar» la realidad.

Una coyuntura complicada

Según el Partnership for New York City, una asociación de grandes empresas, la ciudad ha perdido relevancia como «capital global de la moda» frente a Milán o París, y la contribución de la NYFW al PIB local está en declive desde 2014, de acuerdo con un informe reciente.

El sector de la moda, señaló el informe, emplea a 50,000 personas menos respecto a hace una década y se espera más pérdida de trabajos; según los últimos datos, en la ciudad este emplea a 130,000 residentes, y en todo el estado a unas 310,000 personas.

Parte de la fuerza de trabajo procede de los inmigrantes indocumentados: según un informe de Pew Research Center, en 2005 el 26 % de los trabajadores de confección no tenían estatus legal en EE.UU. y en 2024 el porcentaje se situaba en el 23,1 % (unos 120,000), recoge el medio especializado Sourcing Journal.

No obstante, tras la investidura de Donald Trump, que está aplicando mano dura a la inmigración, llama la atención el silencio de este sector conocido por sus mensajes progresistas y que en la anterior NYFW organizó una marcha política de inclinación demócrata, liderada por la exprimera dama Jill Biden.

  • A nivel corporativo, algunas empresas tienen más problemas que otras, pues el pasado noviembre zozobraron los planes de fusión de las dos mayores empresas del lujo del país, Tapestry y Capri, que abarcan marcas como Coach y Michael Kors.

El propio Kors, en un juicio sobre esa fusión, reveló que a su marca, que presentará su desfile en el cierre de esta NYFW, le cuesta afrontar la competencia global y que sus bolsos, que tienen un precio medio de 450 dólares, acaban vendidos por menos de 100, pues es habitual en los ‘outlets’. 

​ Revista, Moda, EFE, Nueva York, Desfiles, Semana de la Moda de Nueva York, New York Fashion Week La Semana de la Moda de Nueva York (NYFW) regresa este jueves con más de 50 desfiles en su calendario oficial hasta el 11 de febrero, y un cúmulo de eventos que esperan atraer a celebridades, ‘influencers’ y aficionados en un momento de incertidumbre económica para el sector.La NYFW, que desde hace años se centra en la moda ‘made in USA’, acogerá a marcas veteranas como Michael Kors, Carolina Herrera o Calvin Klein, esta última inmersa en una nueva etapa creativa tras un lustro alejada de las pasarelas, y otras emergentes como Campillo, Elena Velez y Luar.Este jueves se presentan ya una quincena de firmas, encabezadas por diseñadores favoritos en las alfombras rojas, como Brandon Maxwell, Christian Sirian y Christopher John Rogers.La Gran Manzana acoge también pasarelas alternativas como la de la Federación de Modistos Latinos (FDLA) o el Harlem Row, enfocada en el talento afroamericano, así como eventos de todo tipo para el público general; en total, el impacto económico ronda los 600 millones de dólares anuales.Esta edición de febrero, no obstante, llega en una coyuntura económica complicada, pues a los retos que ya sufría el sector en la edición de septiembre, como la deslocalización de la producción, la competencia global y la inflación, ahora se suman los riesgos de una guerra comercial.Según la Asociación de la industria de la moda de EE.UU. (USFIA), cerca del 98 % de la ropa que se consume en el país es importada, sobre todo de Asia y en concreto de China, y el reciente cruce de aranceles con este socio comercial ha sembrado la preocupación.El pasado lunes, el diseñador Marc Jacobs quiso combatir la sensación de desánimo con un desfile parecido a un espectáculo teatral, con prendas de siluetas exageradas, que tituló ‘Coraje’ y acompañado de un alegato escrito en el que aludía a no sucumbir al «miedo», disfrutar la «libertad» para ser vulnerables y «afrontar» la realidad.Una coyuntura complicadaSegún el Partnership for New York City, una asociación de grandes empresas, la ciudad ha perdido relevancia como «capital global de la moda» frente a Milán o París, y la contribución de la NYFW al PIB local está en declive desde 2014, de acuerdo con un informe reciente.El sector de la moda, señaló el informe, emplea a 50,000 personas menos respecto a hace una década y se espera más pérdida de trabajos; según los últimos datos, en la ciudad este emplea a 130,000 residentes, y en todo el estado a unas 310,000 personas.Parte de la fuerza de trabajo procede de los inmigrantes indocumentados: según un informe de Pew Research Center, en 2005 el 26 % de los trabajadores de confección no tenían estatus legal en EE.UU. y en 2024 el porcentaje se situaba en el 23,1 % (unos 120,000), recoge el medio especializado Sourcing Journal.No obstante, tras la investidura de Donald Trump, que está aplicando mano dura a la inmigración, llama la atención el silencio de este sector conocido por sus mensajes progresistas y que en la anterior NYFW organizó una marcha política de inclinación demócrata, liderada por la exprimera dama Jill Biden. A nivel corporativo, algunas empresas tienen más problemas que otras, pues el pasado noviembre zozobraron los planes de fusión de las dos mayores empresas del lujo del país, Tapestry y Capri, que abarcan marcas como Coach y Michael Kors.El propio Kors, en un juicio sobre esa fusión, reveló que a su marca, que presentará su desfile en el cierre de esta NYFW, le cuesta afrontar la competencia global y que sus bolsos, que tienen un precio medio de 450 dólares, acaban vendidos por menos de 100, pues es habitual en los ‘outlets’.  Te puede interesar La Semana de la Moda de Nueva York vuelve con muchos desfiles y un alegato político 

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