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Cuando una leyenda de la F1 que se iba presentó a otra nueva
El McLaren M23 debería considerarse uno de los mejores coches de Fórmula 1 de todos los tiempos. Tiene que serlo, con tres títulos mundiales, dos de pilotos y uno de constructores, y 16 victorias en grandes premios a lo largo de una trayectoria que abarcó la friolera de seis temporadas. Esa longevidad lo convierte en una especie de puente entre épocas, entre otras cosas porque en sus años de …Sigue leyendo
El McLaren M23 debería considerarse uno de los mejores coches de Fórmula 1 de todos los tiempos. Tiene que serlo, con tres títulos mundiales, dos de pilotos y uno de constructores, y 16 victorias en grandes premios a lo largo de una trayectoria que abarcó la friolera de seis temporadas. Esa longevidad lo convierte en una especie de puente entre épocas, entre otras cosas porque en sus años de …Sigue leyendo
El McLaren M23 debería considerarse uno de los mejores coches de Fórmula 1 de todos los tiempos. Tiene que serlo, con tres títulos mundiales, dos de pilotos y uno de constructores, y 16 victorias en grandes premios a lo largo de una trayectoria que abarcó la friolera de seis temporadas. Esa longevidad lo convierte en una especie de puente entre épocas, entre otras cosas porque en sus años de madurez la máquina con motor Cosworth puso a un joven brasileño llamado Nelson Piquet en el camino hacia el estrellato.
La obra maestra diseñada por Gordon Coppuck se puso en marcha por primera vez por Denny Hulme, que ganó el título en 1967, en el Gran Premio de Sudáfrica 1973 en Kyalami. Sin embargo, sus últimas apariciones en el campeonato del mundo se produjeron a finales de 1978 con el brasileño, un piloto que seguía compitiendo, y ganando, en el Gran Circo en 1991.
Entre medias, el M23 ganó campeonatos con Emerson Fittipaldi, en 1974, y James Hunt, en 1976, y grandes premios con Peter Revson, Hulme y Jochen Mass, mientras Jody Scheckter y Gilles Villeneuve también pilotaron el monoplaza que dio a los de Woking el título de constructores en 1974.
Nelson Piquet se unió a la lista de grandes pilotos que corrieron con un coche de carreras a instancias y con el respaldo de Bernie Ecclestone. En el verano de 1978, el director de Brabham vio al brasileño, que iba camino de ganar la Fórmula 3 británica, como una estrella del futuro, le había echado el ojo para que ocupara un asiento al año siguiente y se las arregló para que pasara al Gran Circo en el seno McLaren de la escudería BS Fabrications.
«Recibimos una llamada de Bernie [Ecclestone], diciendo, ‘hay un chico brasileño en Fórmula 3, quiero que lo pongas en algunas carreras de Fórmula 1′», recordó el responsable del conjunto, Dave Sims. «Quiero subirlo un poco y ver cómo le va, yo lo pagaré».
BS Fabrications estaba en condiciones de hacerlo. Corría con el antiguo marine estadounidense, Brett Lunger, y tenía un coche de repuesto, que estaba patrocinado por la marca de tabaco Chesterfield, y había cambiado el M23 con el que había empezado a correr con la escudería el año anterior por un McLaren M26 posterior después de cuatro carreras en 1978.
Dave Sims recordó la emoción de Nelson Piquet al ver el M23 con el que iba a competir cuando se presentó en los talleres del equipo en Dunstable, al final de la M1 desde Londres: «Llegó un chaval y me dijo, ‘vaya, ¿este es mi coche de Fórmula 1?’, el coche estaba en las gradas y le sentamos allí, metiéndole abrigos por detrás para intentar encontrar la posición correcta de la dirección y los pedales. Cuando terminamos, no quiso salir, se pasó toda la mañana ahí sentado, simulando que cambiaba de marcha y haciendo ruidos de motor, no estoy seguro de que le interesaran demasiado los detalles de la instalación del asiento, solo quería salir al monoplaza».
Dave Sims y sus responsables en BS Fabrications, Bob Sparshott y John ‘Ace’ Woodington, no tenían por qué preocuparse por el comportamiento de su nuevo director en el taller. Cuando se subió al McLaren por primera vez, impresionó desde el primer momento, Nelson Piquet probó por primera vez los monoplazas de Fórmula 1 con el M23 en una sesión de pruebas a mitad de semana en Silverstone en julio.
«Inmediatamente se vio que era bueno», dijo. «No era solo que fuera rápido de inmediato, era su comprensión del coche. Sus comentarios y explicaciones sobre lo que hacía el coche eran asombrosos, y decía, ‘quizá podamos probar eso, quizá podamos probar aquello’, Nelson nunca había pilotado un Fórmula 1, pero se le ocurrían todas estas ideas, así que pensamos, ‘¡maldita sea!’, llegaría lejos».
El brasileño pasó una mañana con el McLaren en Silverstone, antes de dirigirse a Donington Park para probar su Ralt-Toyota RT1 F3 pilotado por Greg ‘PeeWee’ Siddle antes de la siguiente prueba del British Automobile Racing Club, patrocinado por BP. Un segundo puesto el fin de semana siguiente le daría el campeonato a falta de tres de las 17 carreras.
Esas vueltas en el M23 en Silverstone fueron su única preparación para lo que resultó ser un temprano debut en el Gran Circo. Estaba previsto que corriera con el BS Fabs M23 en el Gran Premio de Austria, Países Bajos e Italia, las tres últimas carreras europeas del calendario, pero recibió una llamada de última hora para pilotar para Ensign en el Gran Premio de Alemania, en Hockenheim, dos semanas antes de lo que iba a ser su estreno.
El Ensign-Cosworth N177 lo dejó vacante de forma temporal Derek Daly, que debutó con el monoplaza la carrera anterior en Brands Hatch para el Gran Premio de Gran Bretaña. Entonces se negó a firmar el contrato de tres años que le propusieron, y el piloto y su entorno pensó que podían engañar al responsable del equipo, Mo Nunn, cuya reacción fue ver cumplida su amenaza de traer a otra persona para pilotar.
Es casi seguro que Bernie Ecclestone estaba detrás de ese acuerdo para traer a Nelson Piquet a Ensign, ya que rescató y rescataría al conjunto en varias ocasiones, y el director era un aliado clave en su intento de hacerse con el control de la categoría como mandamás de la Asociación de Constructores de Fórmula 1.
Nelson Piquet, a pesar de su escasa experiencia, se clasificó en la parrilla de Hockenheim, como haría en los tres grandes premios que disputó con el McLaren. Fue una época de no clasificados, así como de no preclasificados, cortesía de la gran cantidad de participantes que había. El brasileño no vería la meta con el Ensign, y tampoco llegaría a la bandera a cuadros en sus dos primeras carreras con el M23 en Oesterreiching y Zandvoort.
Se salió en una pista mojada a las dos vueltas de la cita austriaca, que tuvo bandera roja después de cuatro giros, mientras que en la prueba neerlandesa tuvo que abandonar por un problema en la transmisión.
Para la carrera de Zandvoort, el BS Fabrications M23 llevaba ahora los colores de Marlboro, como los M26 de fábrica, y Nelson Piquet había corrido con los colores de Chesterfield en Oesterriechring. Dave Sims no estaba seguro del trasfondo del acuerdo: «Bernie nos dijo simplemente que pusiéramos el coche con los colores de Marlboro».
El brasileño consiguió su primer resultado en Fórmula 1 en su última carrera con el McLaren, con un meritorio noveno puesto y en la vuelta de cabeza al final de la trágica cita en la que Ronnie Peterson sufrió las lesiones que le causarían la muerte a la mañana siguiente.
«La mayor queja de Nelson sobre el M23 era la pesadez de la dirección, le costaba mucho físicamente», explicó Dave Sims. «Al final de la carrera de Monza, nos dijo que le dolían los hombros y los brazos, y que lamentaba no poder ir más rápido. Era un niño en un deporte de hombres, creo que se dio cuenta de que tenía que trabajar su fuerza y su forma física».
Bernie Ecclestone había visto suficiente, y menos de dos semanas después del Gran Premio de Italia se anunció que correría para Brabham en 1979 junto a Niki Lauda. Una semana más tarde se supo que se uniría a la escudería antes de tiempo en la final del campeonato en el Gran Premio de Canadá al volante de un tercer Brabham-Alfa Romeo BT46.
La participación de Nelson Piquet en Monza no fue la última carrera para una maquinaria contemporánea en la que compitió el McLaren M23. Aún le quedaban sus carreras en el Campeonato Británico de Fórmula 1 patrocinado por Aurora en 1980 y, con un Repco V8 detrás, en el Campeonato Australiano de Pilotos o Gold Star, así como en el Can-Am en Norteamérica, pero eso fue todo en lo que respecta al Gran Circo.
Un coche legendario se despidió de la Fórmula 1 propiamente dicha, mientras que un piloto que alcanzaría el mismo estatus se había despedido en el monoplaza. BS Fabrications tenía razón sobre Nelson Piquet, tres títulos mundiales seguirían a aquel niño flaco que había estado tan emocionado por competir en un gran premio por primera vez.
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En este artículo
Gary Watkins
Fórmula 1
Nelson Piquet
McLaren F1
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